«Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante.» – Ryszard Kapuściński, poeta, periodista y ensayista polaco.
¿Vale todo para conseguir audiencia en los medios? ¿Hasta cuando hay que seguir aguantando las artimañas de Pedrerol para subir una décimas de share? Porque, tras lo visto y leído ayer, se puede asegurar que en el estercolero de Pedrerol se han rebasado todos los límites y han atravesado todas las líneas rojas.
Ya sabemos que el programa-bazofia de Pedrerol no es periodismo, ni información, ni está dedicado al deporte, ni les importa el fútbol. Es una pantomima en la que participan un mamporrero y una serie de inclasificables bufones con el único fin de contentar la mano de quien les da de comer, que han optado por vivir con los pantaloncitos bajados a la altura del tobillo haciendo y berreando gilipolleces, en lugar de esforzarse por trabajar e intentar vivir dignamente de su profesión. No sé si les compensará haber elegido comprobar todos los días con una sonrisa el saldo de sus cuentas corrientes en el cajero, a cambio de aguantar todas las mañanas el ver reflejado un gusano en el espejo del baño.
El Chiringuito es un programa creado para ensuciar la imagen del Barça a base de acusaciones falsas, invención de exclusivas e insultos gratuitos. Vamos, eso era lo que se podía esperar al emitirse en un canal de un grupo de comunicación por el que campan a sus anchas palanganeros de Florentino Pérez, como Inda, Marhuenda, Ferreras y toda esa patulea que se ha erigido como la representación del periodismo de cloaca.
Pero lo que podía ser considerado un programa de entretenimiento – nunca deportivo y menos futbolero -, que compite en su franja horaria con respetables programas de tarot y teletienda, y que rellenaba su tiempo a base de falsas polémicas, supuestos intentos de agresiones, gritos fingidos, nula información y sí mucha mentira interesada, se ha convertido en un estercolero que necesita ser sellado urgentemente al haber rezumado los límites de purín permitidos.
Y es que, después de llevar años intentado desacreditar a Messi con las tretas más viles, ayer Pedrerol le dio una nueva vuelta al columpio, llegando a utilizar el cáncer que sufrió Abidal para atacar al crack argentino del Barça. La reacción espontánea en las redes sociales no se hizo esperar, convirtiendo #PedrerolTerroristaMediatico en trending topic mundial. Pero un día después, se sigue a la espera que representantes del periodismo serio y decente se manifiesten y condenen ese tipo de comportamientos, así como alguna Asociación de la Prensa de esas que en otras ocasiones demuestran tener la piel muy fina y se ponen estupendos por auténticas majaderías.
También el FC Barcelona debería encargar – si es que todavía no lo ha hecho – a sus servicios jurídicos que estudien el posible alcance de lo acontecido por si puede ser objeto de una demanda. Y, en todo caso, el club está en la obligación de dar un paso al frente y exigir al medio una rectificación pública acompañada de una petición de disculpas. Se lo deben a Messi; pero, sobre todo, a Abidal, porque ha sido un ejemplo de lucha contra una enfermedad tan cruel como es el cáncer, por lo que solo se merece respeto y admiración, y no que su dolor y su sufrimiento sea utilizado por esa escoria para fines espurios. @Bajarlaalpasto
Perfectos los comentarios y soy un agradecido de quien no somete su pensamiento al vacile y la hipocresía de los mandamases, gracias!