Al madridismo se le incrusta el Balón de Oro en el ojete

«Lo que comienza con el odio, termina en la vergüenza.» – Benjamin Franklin, político y científico estadounidense.

Con los trofeos más que merecidos ganados por Messi, Alexia Putellas y Pedri, la gala del Balón de Oro 2021 se tiñó de blaugrana, lo que ha provocado un aluvión de críticas y llantos en la caverna madridista, acostumbrada a mirarse el ombliguito y siendo incapaz de admitir que, mas allá de hasta donde llegan los altavoces mediáticos de Su Florentineza, no engañan a nadie.

Desde que Florentino Pérez se hizo con el control de la casa blancabajo un régimen de semipropiedad encubierto, machihembrado entre una falsa ilusión de que el club es propiedad de los socios y un sistema electoral pergeñado para eliminar cualquier atisbo de disidencia – ha sido capaz de prostituir todo lo que rodea al mundo del fútbol, desde las competiciones nacionales hasta la Champions, pasando por los medios de comunicación, el VAR y, por supuesto, el Balón de Oro. En este caso, siempre optó por comprarlos antes que producirlos, de ahí que sea un gran misterio el motivo por el cual a la cantera merengue se le bautizase con el nombre de La Fábrica. Y así se hizo con los Zidane, Figo, Owen, Ronaldo ‘el bueno’, Cannavaro, Kaká y con un Cristiano Ronaldo que llegó a Madrid con su primer BdO ganado en el United, y al que el conseguidor le sumó otros cuatro a su palmarés, a base de reabrir votaciones y de trufar con la ayuda de sus palmeros como grandes hazañas el marcar penaltis regalados o el empujar balones a puerta vacía o en fuera de juego.

Una vez consumada la espantada de la vedette de Madeira a la Juventus, Florentino se propuso darle una vuelta más al columpio, convenciendo a Modric de que le conseguiría el dorado trofeo a cambio de que renunciase a su intención de abandonar el Real Madrid tras el Mundial de Rusia 2018 para irse al Inter. Y así fue. Presentó como credenciales para hacerle merecedor de tal honor que ese año el croata había ganado la Champions, con una participación intrascendente, y había sido subcampeón del mundo con su selección, aunque no fue ni de lejos gracias a su rendimiento. A los supuestos méritos deportivos le sumó dos historietas lacrimógenas con pinta de fake news, como que había sido un niño de la guerra y pastor de cabras, y Lukita – llamado así por el madridismo más bobo y cursi – se hizo con un inmerecido Balón de Oro.

En esta edición, el mandamás merengue pensó que podría volver a engañar a los trompeteros de ‘France Football’ y que Benzema, su capitán-delincuente, ganase el prestigioso trofeo, tras un año en el que firmó un nadaplete con su club, un desastrosa Eurocopa y un título de Nations League atracado a la selección de Luis Enrique. Pero fue tal el circo mediático que organizaron los pesebreros desde los medios financiados por el capo, que hasta el delantero francés se creyó que lo iba a ganar, hasta el punto de que se llegó a comentar que ya había ido a Bricoking a comprar una estantería para colocarlo.

Pero al final se impuso la lógica y el Balón de Oro de este año lo ganó Messi, por ser simplemente el que mejor jugó al fútbol (que es lo que debería ser este premio), quedando Benzema fuera del podium y cerrando Modric la lista de 30 candidatos. A partir de ese momento, salida en tromba de los chiringuiteros y demás fauna inclasificable equipados con un móvil y/o con un micrófono, para dar rienda suelta a sus frustraciones. Y es que ya sabemos que los bobomerengues son bipolares: se pasan meses y meses dando el puto coñazo con el Balón de Oro y el día de la gala de entrega desaparecen si no les gustan los resultados, o se ponen a hablar de tongo, estafa y pucherazo… y empiezan a dar el puto coñazo con el del año que viene. Y así en bucle.

Por el bien del fútbol y de la supervivencia del Balón de Oro, esperemos que sus organizadores no vuelvan a caer en viejas tentaciones y no se dejen manipular por quien se vale de un club como el Real Madrid para medrar y para ponerlo al servicio de intereses espurios que nada tiene que ver con el deporte. Y su aborregada afición tiene dos opciones: o espabilar y alejarse de ese modelo caudillista basado en una supuesta supremacía merengue, o seguir comulgando con ruedas de molino y entonces tener que untarse las cavidades corpóreas en las que nunca da el sol con ungüentos para aliviar el escozor cada vez que no se cumplen sus fabulaciones. Y mientras se deciden, seguirán balando: BEEEEEEEEEnzema. @Bajarlaalpasto1

La prensa deportiva vuelve a quedar en ridículo en otro mercado de fichajes

«Soy de un tiempo en el cual hacer el ridículo era algo que se evitaba, ahora es un objetivo a alcanzar.» – Rosana Hermann, escritora brasileña.

Como recordaba en el post publicado hace unos días titulado el Barça cierra el mercado de fichajes con un notable alto, los aficionados al fútbol hemos vuelto a sufrir como en una nueva ventana de fichajes desde los medios de comunicación especializados en fútbol se sucedieron los confidenciales, las exclusivas, los rumores, los desmentidos y todas esas zarandajas que entretienen al personal, pero que al final lo único que consiguen es desprestigiar a los propios medios y a los pseudoperiodistas que publican lo que toda la vida se llamó bazofias y hoy se les conoce como fake-news.

Por desgracia, de esta mala praxis no se salva ningún medio. Incluso cabeceras de prensa antaño prestigiosas y programas de radio que fueron referentes de la información deportiva  de cuyos nombres no quiero acordarme, ya hace tiempo que optaron por el sensacionalismo dejando a un lado la credibilidad, participando de lleno en este circo en el que se ha convertido la comunicación en general, más pendientes de la inmediatez que de la veracidad, y de buscar los bochornosos clibkbait para conseguir muchos likes y aumentar el número de seguidores en sus redes sociales, en vez de informar, analizar y ayudar a crear opinión.

Y así, en este último mercado de fichajes que todavía está caliente, unido a la bomba del verano como fue el intenso de Messí de salir del Barça por la puerta de atrás y sin despedirse, parecía que había una competición entre los medios para ver quién soltaba la burrada más grande. Lo más triste es que esta fiebre por dar la exclusiva de la señorita Pepis acabó contagiando a algún profesional serio y riguroso que, por el respeto y la admiración que siempre le he profesado, no voy a nombrar, aunque sí que manifiesto mi profunda decepción.

Entre las muchas portadas que puede haber elegido para ilustrar este post, me quedo con esta de Sport porque es, sencillamente, delirante. Sí, ya sé que no es actual – aunque también las hay para aburrir -, pero tras haber repasado muchas, esta me parece la más loca. La portadita en cuestión es del mes de abril, llevábamos un mes confinados y seguramente su autor estaba infectado por el coronavirus, pero era asintomático. Y es que, vender que desde el Barça se iban a dar los pasos para juntar una delantera formada por Neymar, Messi, Lautaro y Luis Suárez, es haber tomado a sus lectores por tiernos infantes sin la más mínima capacidad de raciocinio.

Al final la realidad siempre se impone a la ficción y, en este caso y en mi opinión, este año el Barça no se planteó fichar a Neymar ni en sueños, probablemente hubiese algún contacto informal sobre Lautaro, le dieron salida a Luis Suárez por motivos deportivos y económicos y tuvieron que aguantar y ganar el pulso que les echó Messi en su mal explicada decisión de abandonar el club. Vamos, que si el titular de «PUEDEN JUGAR JUNTOS» lo hubiesen cambiado por «TODOS SEPARADOS Y LEJOS DEL BARÇA» habrían tenido más posibilidades de acertar.

Pero el circo mediático que rodea al mundo del fútbol está así montado. Nadie es responsable de nada. Y cuanto más gorda la suelten, más posibilidades tienen de que los inviten a tertulias de radio en las que el único mérito en alzar la voz, a programas de televisión de dudoso gusto y a embadurnar páginas de periódicos. Y los autores de esas boutades siempre se ampararán en los manidos «según mis fuentes» o «desde el entorno del jugador», cuando lo único cierto es que, si rascas un poco, no hay nada, solo humo y farfolla. @Barjarlaalpasto1

 

 

 

 

 

 

Messi saca la patita, pero ya nada volverá a ser como antes

«Si entendiéramos completamente las razones del comportamiento de otras personas, todo tendría sentido.» – Sigmund Freud, médico, investigador y psicoanalista austríaco.

Tras la dolorosa despedida de temporada que firmó el Barça en Lisboa donde fue bailado por el Bayern en Champions, firmando una vergonzosa derrota por 2-8 que fue el epílogo a un sonrojante nadaplete, se preveía un veranito movido en Can Barça. La herida se cerró en falso, con tiritas y agua oxigenada, cuando el traumatismo era de tal gravedad que exigía pasar por el quirófano, destripar y amputar. Solo Piqué –siempre Piqué – dio la cara, mientras el resto de jugadores, con el gran capitán a la cabeza, se dedicaron a silbar melodías con el consentimiento de una directiva que se limitó a ofrecer la cabeza de Quique Setién, un entrenador que llegó presumiendo de lo bien que se lo pasaba con las vacas mansurronas en su pueblo, pero al que devoraron las vacas sagradas del vestuario culé.

Para hacerse cargo del banquillo nombraron a Ronald Koeman, reconocido culé pata negra, líder espiritual del Dream Team de Cruyff y parte importante del escudo por ser el autor del golazo que en Wembley le dio al club su primera Copa de Europa. Nada más llegar, al holandés le dieron mando en plaza y, sin tiempo para ponerse el chándal para empezar a entrenar, lo equiparon con una desbrozadora y una radial y le dieron plenos poderes (y alguna recomendación) para limpiar el vestuario. Al nuevo míster no le tembló el pulso y, demostrando tanta sangre fría como cuando Cruyff lo ponía a jugar de último defensa con solo un compañero a su lado, anunció que no contaba con varios jugadores, con Luis Suárez a la cabeza.

Lo que sucedió a continuación provocó un tsunami que tuvo su epicentro en Barcelona, pero cuya onda expansiva alcanzó todos los rincones del planeta fútbol, desde Dubái hasta Manchester (es un ejemplo, no seáis mal pensados). Y es que a finales del mes de agosto, Messi puso en conocimiento del F.C. Barcelona mediante un burofax su intención de abandonar el club, acogiéndose a una cláusula en su contrato que le permitía su salida libre al final de cada temporada. Pero se olvidó de un pequeño detalle, y es que dicha comunicación tenía como fecha tope para realizarla el 10 de junio.

A partir del conocimiento del contenido del burofax más famoso de la historia de las comunicaciones, se sucedieron las noticias, los rumores, los confidenciales, las exclusivas… en resumen, una sucesión de fake news a través de las redes sociales en lo que parecía una disparatada competición de a ver quién la soltaba más gorda.

Lo cierto es que la directiva del Barça desde el primer momento se negó a que Messi saliese gratis, remitiéndose a su cláusula de rescisión de 700 millones de euros y confirmando, no solo que contaban con él, sino que estaban dispuestos a ampliar su contrato. Y que, por supuesto, en el caso de que llegase alguna oferta la estudiarían. Con la aparición en escena del padre de Messi (siempre los dichosos padres, como en su momento el de Thiago o después el de Neymar) se sucedieron las reuniones en las que el club dejó clara su postura y, ante la falta de ofertas, quedó claro que la salida del argentino era inviable.

Entrevista con Rubén Uría / Goal.com

Al cabo de unos días, y con todo el barcelonismo reclamando que el jugador se explicase, Leo Messi concedió una entrevista al periodista Rubén Uría en el portal Goal, en la que desveló sus intenciones y lo que había motivado plantearse su marcha de Can Barça. En dicha entrevista – sin duda de gran valor periodístico, pero enlatada, guionizada, editada y que parecía grabada en la sala de un psiquiátrico – de entrada sorprendió el look, para unos informal, para otros desaliñado, con el que se presentó el futbolista para anunciar una de las decisiones más trascendentales de su carrera deportiva. En cuanto a sus respuestas, muchas de ellas teledirigidas con maestría por el entrevistador a través de la pregunta, no fueron nada convincentes, arreando palos al presidente por no ponerle una alfombra roja para salir, y acusando al club de falta de proyecto deportivo ganador en las últimas temporadas – falso de toda falsedad – y de hacer malabares y tapar agujeros, con lo que dejaba a sus compañeros a la altura del betún.

Una vez confirmado que se quedaba en el club, solo quedaba que volviese a los entrenamientos y se pusiese a trabajar. Y, cuando parecía que las cosas se habían calmado, llegó el anuncio de la salida de su amigo Luis Suárez, lo que provocó que publicase en su cuenta de Instagram una despedida, entre reivindicativa y lacrimógena, en la que aprovechó para enviar algún recado a Bartomeu. Muchos aficionados le recriminaron que, como capitán del equipo, no se despidiese de todos los jugadores que se marchaban y solo lo hiciese de los considerados miembros del llamado club de amigos.

Y, ¡por fin!, el pasado fin de semana el Barça debutó en LaLiga y presentó su proyecto ganador para esta temporada con una buena puesta en escena con lo que el barcelonismo volvía a ilusionarse y a hablar solo de fútbol. En ese ambiente más distendido, Messi concedió una entrevista al diario SPORT en la que pidió, además de paz y unidad, perdón a lo Panenka, dejando luces y sombras sobre cuál será su futuro, centrándose en los objetivos para esta temporada y justificando que todo lo que hizo fue «para hacer un mejor y más fuerte F.C. Barcelona».

Considerando como positivo este cambio de actitud del jugador, siguen quedando muchos puntos oscuros en su comportamiento, lo que conduce a plantearse muchas preguntas que estaría bien que tuviesen respuestas: ¿quién fue el ideólogo del burofax?, ¿desde qué despacho aprovecharon la salida de Luis Suárez para calentarle la cabeza al argentino?, ¿se intentó jugar desde alguna candidatura a la presidencia del Barça la baza Messi para provocar un adelanto electoral?, ¿qué papel jugó el City en todo este embrollo?, es más ¿algún candidato tiene relaciones personales e incluso empresariales con algún destacado dirigente de los citizens?, ¿es cierto que Guardiola llamó a Messi o se limitó a esperar acontecimientos tocando la pandereta?, ¿qué papel jugó Pepe Costa en este vodevil?, y por cierto ¿cuáles son las funciones de Pepe Costa y quién le paga el sueldo? ¿o tiene varios pagadores? Las respuestas a muchas de estas preguntas provocarían que más de uno tuviese que quitarse la careta quedando, como bien dice mi amigo @vonmarius1899 , como un culé de Hacendado.

Y una última pregunta: ¿cuál será el final de este culebrón? Los aficionados culés lo que quieren es ver a su equipo jugar bien al fútbol, ganar partidos y títulos, y tener en su plantilla a los mejores jugadores del mundo y, por supuesto, al mejor de la historia como es Leo Messi. Pero aunque muchos crean que la memoria de los aficionados es frágil y que el Messigate de este verano se resolverá en cuanto el crack argentino regale goles, asistencias y slaloms, eso no es del todo cierto. El anuncio de que se quería ir causó mucho dolor en el barcelonismo, y una cosa es perdonar e incluso olvidar, y otra muy distinta pretender que todo vuelva a ser como antes. Y es que mientras siga vistiendo la samarreta con el ’10’ volverá a contar con el apoyo de la afición, pero nada volverá a ser como antes porque la magia se rompió. Mejor dicho, la rompió él y solo él. Por eso Messi siempre será un ídolo en Can Barça, pero ya nadie pedirá una estatua suya en los accesos al Camp Nou ni que el estadio lleve su nombre. Y esa será su penitencia. @Bajarlaalpasto1

La necesaria y dolorosa salida de Luis Suárez del Barça

«Nunca digo adiós, porque un adiós significa irse e irse significa olvidar.» – J.M. Barrie, novelista y dramaturgo británico.

Decir de un jugador del Barça que ha sido el mejor de la historia del club en su posición es un reconocimiento al alcance de unos pocos elegidos. Y, en mi opinión, Luis Suárez ha sido el mejor ‘9’ que se ha vestido de azulgrana o, por lo menos, de los que yo he tenido ocasión de ver. Aclaro que cuando digo ‘9’ me refiero al mejor delantero centro goleador, porque si hablásemos solo del portador del número no habría debate (y es que Cruyff está en otro nivel).

Como veterano aficionado culé, he tenido la fortuna de disfrutar viendo jugar y marcar goles desde Krankl hasta el pistolero uruguayo, pasando por Quini, Lineker, Archibald, Romario, Ronaldo, Anderson, Kluivert o Eto’o. Siendo una elección difícil, si tengo que elegir, me quedo con Luis Suárez porque es muy complicado jugar durante seis temporadas en el Barça a un nivel tan alto en una posición tan exigente y convertirse en el tercer máximo goleador de su historia..

Pero, después de la última temporada que acabó para el Barça de una forma tan dolorosa, tras ser aplastados por el Bayern en Champions y consiguiendo un vergonzoso nadaplete, tocaba tomar decisiones y hacer unos cambios en la plantilla que quizás llegaban ya con cierto retraso, si recordamos los sonrojantes fracasos en Roma y Anfield. Pero es que esta sigue siendo la asignatura pendiente de la mayoría de los clubes deportivos: saber cuándo toca renovar las plantillas para adelantarse a los temidos finales de ciclo que todos acaban sufriendo.

En el caso que nos ocupa, la salida de Luis Suárez estaba cantada ya que, aunque seguro que seguirá goleando en su nuevo destino, sus mejores años como azulgrana ya forman parte del pasado. Y es que parte de la grandeza del Barça se explica porque sus descartes pueden ser las figuras en otros muchos equipos. En cambio, de quedarse en Can Barça, pasaría a tener un rol secundario, no teniendo asegurada la titularidad; y eso para un carácter indómito como el del pistolero no es plato de gusto. Sonaba bien que pudiese convertirse en «el nuevo Larsson», ese perfil de delantero centro suplente que tan bien supo representar el sueco y por el que tanto suspira el barcelonismo. Para ello, Suárez tendría que haber aceptado una bajada drástica de su ficha y aceptar que su hábitat natural iba a ser el banquillo, lo que habría sido lo mismo que meter una bomba de mano en el vestuario, quitarle la anilla y esperar a que explotase.

También es cierto que, como leyenda del club, se le podría haber dado otro trato y haberle enseñado la puerta de salida con más tacto que una simple llamada telefónica. Pero se aprovechó la llegada de un nuevo entrenador para encomendarle ese marrón y a Koeman le correspondió aceptar el desagradable papel de ejercer de verdugo, y ofrecer varias cabezas – entre ellas las de Lucho – a una afición que estaba muy caliente y necesitada de que alguien agitase el avispero para que el equipo, que había acabado la temporada mostrando un encefalograma plano, se reactivase.

Así es que al final la solución adoptada fue, cuando menos, la menos mala para todas las partes: el Barça se desprende de un jugador al que ya le había exprimido todo su mejor rendimiento y así libera una ficha millonaria, el jugador sale con destino a un club donde peleará por conseguir títulos aunque sin la obligación de conseguirlos (eligió el Atleti como pudo ser un equipo de la liga china o de la MLS), y el Atleti, su nueva casa, se asegura un goleador de efecto inmediato y con repercusión mediática.

Como reza la cita del principio del post, a un jugador como Luis Suárez jamás le diremos adiós porque nunca le olvidaremos. Con su entrega y con su goles se ha ganado un sitio de honor en la historia del Barça y en los corazones de los culés, por lo que no queda más que decirle «Hasta siempre Lucho, gracias por tanto.» @Bajarlaalpasto1

El Barça presenta su nuevo proyecto ganador

«Siempre ha creído que si trabajas, los resultados vendrán solos.» – Michael Jordan, jugador de baloncesto.

Después del veranito que nos han dado con la pamema de los proyectos ganadores, los proyectos perdedores, la falta de proyectos y los proyectos según por donde sople el viento, por fin el Barça ha presentado oficialmente, a falta todavía de algún retoque, su proyecto (ganador) en su debut en LaLiga 2020/2021.

El inicio no ha podido ser más atractivo, con una clara victoria por 4-0 ante el Villarreal de Emery, considerado por muchos como el equipo que mejor se ha reforzado en el último mercado de fichajes. Aunque desde la caverna y desde los panfletos digitales financiador por el capo les ha faltado tiempo para salir en tromba a restarle méritos a la victoria del Barça, acusando al submarino amarillo de no haber comparecido en el Camp Nou. En fin, nada nuevo.

Y eso que el once inicial azulgrana que saltó al campo estuvo formado por diez jugadores que habían participado en la lamentable temporada anterior, más el repescado Coutinho. Por lo que se puede deducir que, de momento, el gran cambio de este Barça se encuentra en el banquillo, desde donde Koeman le ha dado una vuelta al sistema, cambiando el manido 4-3-3 por un 4-2-3-1 más adaptado a las características de la plantilla.

Entre las notas que nos dejó el primer partido destaco el descaro y la naturalidad con la que Ansu Fati ha asumido su rol de titular, la participación de Coutinho en el juego de ataque, la jerarquía de De Jong, el inicio de las jugadas desde los centrales, combinando el juego en corto con el desplazamiento saltando líneas, la recuperación de Alba y la implicación de Messi que, una vez que ha dejado aparcado el burofax y el móvil para subir despedidas entre lacrimógenas y reivindicativas, ha demostrado que puede volver a liderar un nuevo proyecto (ganador, por supuesto, como todos en los que ha participado).

Pero, aunque pinta bien, tampoco nos volvamos locos porque esto no ha hecho más que empezar. Habrá que dejar trabajar a Koeman para que implante sus ideas (presión alta tras pérdida, ritmo alto de balón, cambio de posiciones en ataque…), que los jugadores se encuentren cómodos con el nuevo sistema y que los futbolistas talentosos con los que cuenta encuentren las circunstancias idóneas para crecer. Porque el éxito del holandés será el de todos los culés. @Bajarlaalpasto1

Mi ’11’ histórico del FC Barcelona

«Después de momentos magníficos, sólo quedan recuerdan inolvidables.» – Leído en alguna parte.

FCB_Histórico

Pues sí, éste es mi ’11’ histórico favorito formado por jugadores que han pasado por el FC Barcelona y de cuales tengo grandes recuerdos. Por supuesto que faltan muchos, como podrían ser Asensi, Simonsen, Krankl, Quini, Lineker, Zubi, Guardiola, Bakero, Stoichkov, Cocu, Luis Enrique, Rivaldo, Dani Alves, Henry, Eto’o, Piqué, Busquets, Luis Suárez… y tantos y tantos grandes futbolistas que han hecho que el Barça sea una referencia en el fútbol mundial.

Seguramente echéis de menos a algún crack, por lo que aclaro que en mi equipo no tienen sitio aquellos jugadores que, al margen de su calidad futbolística indudable, utilizaron la grandeza del FC Barcelona para medrar demostrando no tenerle ningún cariño al club, como Maradona, Ronaldo o Neymar, ni aquellos que fueron capaces de coger el puente aéreo sin ningún rubor para lucir la camiseta merengue, como Schuster, Laudrup o Figo.

Se aceptan comentarios, críticas, sugerencias y que, por supuesto, compartáis vuestro ’11’ a través de este post o de la cuenta de Twitter @Bajarlaalpasto ¿Quién se anima?

 

La ‘manita’ del Barça al Madrid sí que sucedió

«Dicen que lo mejor para ocultar una gran mentira es rodearla de numerosas mentiras pequeñas.» – Koko Abe, escritor japonés.

manita

Hace poco más de una semana que el Barça le metió una panadera en forma de manita – una más – al Real Madrid, y hace ya una semana que ese asuntito desapareció de la práctica totalidad de los medios de comunicación, y ya no digamos de los conocidos como prostíbulos mediáticos.

La goleada culé, pergeñada por Luis Suárez para mayor oprobio de la merengada, tuvo como principal consecuencia el despido de malas formas de Lopetegui, el exseleccionador felón, solo cinco meses después de haberse dejado embaucar por Florentino Pérez para dejar tirada a la selección española con la Copa del Mundo a punto de comenzar.

A mayores, las figuritas merengues quedaron retratadas ante un Barça sin Messi, y los Sergio Ramos, Modric, Bale, Isco o Asensio demostraron que por nivel futbolístico la temporada pasada hubiesen firmado un nadaplete de no haber acudido a su rescate los Rocchi, Brych, Çakir, Oliver o Mazic. Y así, un Barça liderado por el pistolero uruguayo y con una sabia dirección desde el banquillo pasó por encima de su gran rival y se dio un homenaje de los que quedan para la historia.

Pero, curiosamente, el madridismo y su coro de palanganeros optó por hacer como si nada hubiese sucedido, aparcó la autocrítica para otro momento, le cortó la cabeza al entrenador sin tener sustituto y dejó su incierto futuro en los pies de un tierno infante que responde al nombre de Vinicius, al que han elevado a los altares por hacer dos regates sin caerse en Melilla y marcarle un churrigol al Valladolid.

Al margen del mundo fantástico que se inventan en Merenguilandia, el planeta fútbol sí que se rindió al equipo de Valverde. Y ya no digamos los socios y aficionados culés, quienes tras el 2-6, el 5-0, el 0-4 o el 0-3 también han disfrutando a lo grande del 5-1 que, sin duda, quedará como uno de los grandes momentos de la temporada.

Porque, aunque los estercoleros mediáticos al servicio del Capo se hayan empeñado en minimizarla, la manita sí que sucedió y todo el mundo la recuerda, tal y como tuiteé ayer en @Bajarlaalpasto:

«¿Recordáis lo que pasó hace solo una semana? Yo también. Y vosotros. Y ellos también, aunque se han empeñado en ocultarlo.

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El estercolero de Pedrerol rezuma purín

«Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante.» – Ryszard Kapuściński, poeta, periodista y ensayista polaco.

pedrerol

¿Vale todo para conseguir audiencia en los medios? ¿Hasta cuando hay que seguir aguantando las artimañas de Pedrerol para subir una décimas de share? Porque, tras lo visto y leído ayer, se puede asegurar que en el estercolero de Pedrerol se han rebasado todos los límites y han atravesado todas las líneas rojas.

Ya sabemos que el programa-bazofia de Pedrerol no es periodismo, ni información, ni está dedicado al deporte, ni les importa el fútbol. Es una pantomima en la que participan un mamporrero y una serie de inclasificables bufones con el único fin de contentar la mano de quien les da de comer, que han optado por vivir con los pantaloncitos bajados a la altura del tobillo haciendo y berreando gilipolleces, en lugar de esforzarse por trabajar e intentar vivir dignamente de su profesión. No sé si les compensará haber elegido comprobar todos los días con una sonrisa el saldo de sus cuentas corrientes en el cajero, a cambio de aguantar todas las mañanas el ver reflejado un gusano en el espejo del baño.

El Chiringuito es un programa creado para ensuciar la imagen del Barça a base de acusaciones falsas, invención de exclusivas e insultos gratuitos. Vamos, eso era lo que se podía esperar al emitirse en un canal de un grupo de comunicación por el que campan a sus anchas palanganeros de Florentino Pérez, como Inda, Marhuenda, Ferreras y toda esa patulea que se ha erigido como la representación del periodismo de cloaca.pedrerol

Pero lo que podía ser considerado un programa de entretenimiento – nunca deportivo y menos futbolero -, que compite en su franja horaria con respetables programas de tarot y teletienda, y que rellenaba su tiempo a base de falsas polémicas, supuestos intentos de agresiones, gritos fingidos, nula información y sí mucha mentira interesada, se ha convertido en un estercolero que necesita ser sellado urgentemente al haber rezumado los límites de purín permitidos.

Y es que, después de llevar años intentado desacreditar a Messi con las tretas más viles, ayer Pedrerol le dio una nueva vuelta al columpio, llegando a utilizar el cáncer que sufrió Abidal para atacar al crack argentino del Barça. La reacción espontánea en las redes sociales no se hizo esperar, convirtiendo #PedrerolTerroristaMediatico en trending topic mundial. Pero un día después, se sigue a la espera que representantes del periodismo serio y decente se manifiesten y condenen ese tipo de comportamientos, así como alguna Asociación de la Prensa de esas que en otras ocasiones demuestran tener la piel muy fina y se ponen estupendos por auténticas majaderías. abidal

También el FC Barcelona debería encargar – si es que todavía no lo ha hecho – a sus servicios jurídicos que estudien el posible alcance de lo acontecido por si puede ser objeto de una demanda. Y, en todo caso, el club está en la obligación de dar un paso al frente y exigir al medio una rectificación pública acompañada de una petición de disculpas. Se lo deben a Messi; pero, sobre todo, a Abidal, porque ha sido un ejemplo de lucha contra una enfermedad tan cruel como es el cáncer, por lo que solo se merece respeto y admiración, y no que su dolor y su sufrimiento sea utilizado por esa escoria para fines espurios. @Bajarlaalpasto

 

Futboleros, el Balón de Oro… ¡ha muerto!

CR_balóndeoroHace unos días en una serie de televisión recordaban como el 20 de noviembre de 1975 el entonces presidente del Gobierno Arias Navarro daba una noticia que cambiaría la historia de este país: «Españoles… Franco… ha muerto». La noticia llevaba tiempo esperándose porque el viejo dictador llevaba tiempo enfermo, por lo que su fallecimiento era cuestión de tiempo.

Hago esta breve introducción histórica para utilizarla como ejemplo y para parafrasear al encargado de comunicar dicho pasamiento, porque el pasado 7 de diciembre asistimos a otra defunción no menos esperada, como ha sido la del Balón de Oro, ya que el otrora prestigioso premio llevaba varios años herido de muerte, y ahora simplemente se ha certificado su tránsito. Descanse en paz.

Llevo tiempo repitiendo que «la mejor forma de desprestigiar un premio es concedérselo a quien no se lo merece». Y eso es lo que ha conseguido France Football – la revista francesa que desde 1956 viene entregando el Balón de Oro – con su insistencia en regalarle el premio a Cristiano Ronaldo, sin duda uno de los futbolista más sobrevalorados de las últimas temporadas.

Y es que el delantero portugués del Real Madrid, conocido coloquialmente como penaltiman o el achuchabalones, es sin duda un gran lanzador de penaltis inventados y un gran goleador en las modalidades en fuera de juego empujar balones. Pero no ha sido ni de lejos el mejor futbolista en ninguna de las cinco temporadas en las que el panfleto francés le obsequió con su premio, teniendo en cuenta además que el criterio para concedérselos se ha ido adaptando a su conveniencia.

Decir que un premio individual es un reconocimiento de los méritos personales del premiado es una perogrullada. Pero en el caso del Balón de Oro y Cristiano Ronaldo es necesario destacarlo porque, evidentemente, esa máxima no se cumple. Los que ganan títulos, como la Champions o la liga, ya reciben sus galardones con sus compañeros de equipo, así como los máximos goleadores de cada competición o los MVPs de las finales. Y es que el premio al mejor futbolista del año tendría que ser, seguimos con las perogrulladas, para el jugador que mejor jugó al fútbol, y ese nunca ha sido el engreído portugués.

Pero por muchos Balones de Oro que le den y por mucho que la vedette de Madeira se autoproclame «el mejor jugador de la historia», lo cierto es que jamás ingresará en el olimpo reservado a los dioses del fútbol, como Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Maradona y Messi. Tampoco ha hecho méritos futbolísticos para estar en el siguiente escalón, con Platini, Zico, Xavi, Zidane, Ronaldinho o Beckenbauer. Y, siendo generosos, podría compartir honores en un tercer nivel con Van Basten, Ronaldo, Iniesta, Eusebio, Gerd Müller o Sócrates, atendiendo únicamente al número de goles marcados, aunque la mayoría hayan sido intrascendentes.

Por eso, y volviendo al inicio del post, se puede asegurar que: Futboleros, el Balón de Oro… ¡ha muerto! Y así lo confirma la propia France Football con su portada dedicada al premio de este año, una portada digna de formar parte de una antología del disparate. Y es que ni Cristiano Ronaldo podía llegar a más ni France Football a menos. @Bajarlaalpasto

 

Mi FIFA World11 2017

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El pasado 24 de noviembre, con motivo de la gala The Best FIFA 2017, publiqué un post titulado #TheBest carallada… crónica de una gamberrada en el que criticaba la concesión a Cristiano Ronaldo del premio al mejor jugador de la temporada. A raíz de ese post, en el que dejaba claro que en mi opinión Messi tendría que haber ganado dicho galardón, algunos lectores me preguntaron qué me parecía la elección del once del año y cuál sería el mío.

El once elegido fue el siguiente: Buffon; Alves, Ramos, Bonucci, Marcelo; Modric, Kroos, Iniesta; Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar. Es decir, ocho jugadores de la liga española (cinco del Real Madrid y tres del Barça) y tres de la liga italiana (los tres de la Juventus), contando con que el periodo que se valora es desde el 20 de noviembre de 2016 al 2 de julio de 2017.

¿Quiere esto decir que durante la temporada pasada no ha habido ningún jugador de la Premier ni de la Bundesliga ni de de la Ligue 1 merecedores de estar en ese equipo? Un poco raro, ¿no? Y si no llega a ser por el arbitraje hogareño de Kassai en el Bernabéu que metió al Madrid en la final de la Champions dejando injustamente al Bayern en la cuneta, ¿cuántos jugadores del equipo merengue estarían en esa alineación? ¿Os parece normal que no haya ningún representante del Atleti, del PSG o del City?

Está claro que todos los aficionados al fútbol tenemos un entrenador dentro y seguro que cada uno de nosotros haríamos un once distinto.  Y el mío es éste: Oblak; Godín, Chiellini, Alaba; De Bruyne, Busquets, Hazard, Coutinho; Messi, Cavani, Dybala. ¿Qué os parece? Y lo más importante, ¿cuál es el vuestro? @Bajarlaalpasto