El Comité de Competición y Gil Manzano se ensañan con Lewandowski

«Si permaneces neutral en una situación de injusticia entonces estás del lado del opresor.» – Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz.

El Comité de Competición confirmó la tropelía iniciada en El Sadar por Gil Manzano, quien desde el minuto uno puso de su parte todo lo posible para que el Barça perdiese frente al Osasuna, y de esta forma el Madrid pudiese llegar como líder al parón mundialista.

Así, tras conceder un gol ilegal a los navarros, obsequió a los aficionados con otro de sus conciertos de silbato, con lo que consiguió, un partido más, desquiciar a los jugadores azulgranas, por su parcial interpretación del reglamento y su criterio a la hora de mostrar la tarjetas.

Y es que el currículum del chufletero de Don Benito está plagado de decisiones contrarias a los intereses del equipo culé, entre las cuales cabe destacar que posee un póker de jugadores expulsados difícil de igualar: Neymar, Luis Suárez, Messi y Lewandowski.

Pero si su actuación sobre el césped fue demencial, a la hora de redactar el acta del partido le dio una vuelta más al columpio, recreándose en la descripción del comportamiento de Lewandowski tras su expulsión, no limitándose a contar lo que todos vimos, sino entrando a valorar unos gestos del goleador polaco, como si fuese un experto en el lenguaje de signos, sabiendo las consecuencias que tendría en la resolución del Comité de Competición.

Y así, el mismo Comité que permitió hace unos días que Ancelotti se fuese de rositas tras acusar a un arbitro de inventarse un penalti, ahora ha sancionado al goleador azulgrana con tres partidos de suspensión por tocarse las narices mientras abandonaba el campo.

Tras esta ignomina, el FC Barcelona ha anunciado que recurrirá ante el Comité de Apelación -mismos perros con distintos collares- para rebajar el castigo. Muchos pensamos que ese es un paso que el club tiene que dar, pero que tendría que ir acompañado de una declaración pública denunciando el trato sufrido sistemáticamente por Gil Manzano, acompañado por un vídeo en el que se detallen sus sucesivas actuaciones prevaricadoras.

Por desgracia, no se hará nada de eso y, probablemente, Apelación rebaje un partido de sanción al jugador y aguantaremos hasta el próximo atraco, en el que nos volveremos a echar las manos a la cabeza mientras seguiremos tocando la pandereta. @Bajarlaalpasto

NOTA: Para que no haya ninguna duda con lo que quiero reflejar en el titular del post, recuerdo que la R.A.E. define ensañarse como ‘deleitarse en causar el mayor daño y dolor posibles a quien ya no está en condiciones de defenderse’. 

Chenoa pone la banda sonora en la despedida de Piqué y Busquets

«Cuando tú vas, yo vengo de allí; Cuando yo voy, tú todavía estás aquí.» –  Chenoa, cantante española.

El despropósito de partido que disputó el Barça en el Camp Nou frente al Inter, teniendo en juego la clasificación para los octavos de final de la Champions League, y que finalizó con el equipo culé prácticamente fuera de la competición, tendría que servir también como despedida de Piqué y Busquets. Y es que nada más patético que seguir retrasando lo inevitable, como es que dos de la grandes leyendas de la historia del club ya no están para rendir al máximo nivel y están arrastrando al equipo en su caída.

Resulta muy duro ver como dos de los buques-insignia del equipo que maravilló al planeta fútbol no han sido capaces de darse cuenta de que deberían haber dado un paso a un lado, después de haber participado en todos los desastres europeos de las últimas temporadas, en vez de agarrarse como garrapatas a unos contratos desorbitados, fuera de mercado y alejados tanto de la realidad económica de la institución como de la deportiva de los protagonistas.

Por ello, por el bien del club y del prestigio de los propios jugadores, urge que se busque una solución, la menos traumática para las dos partes, porque no se puede consentir que dos leyendas como Piqué y Busquets sigan protagonizando la ruina tanto económica como deportiva del FC Barcelona.

Sin duda me gustaría que su despedida hubiese sido en tiempo y forma, acorde con la categoría de ambos futbolistas y en consonancia con su participación en la época más gloriosa del club. Y que en una gran fiesta ante un Camp Nou entregado hubiese sonado ‘We Are de Champions’ o ‘Gonna Fly Now’. Pero no ha sido así y, lamentablemente, quedarán para el recuerdo varias escenas en las que, dos de los han sido los mejores del mundo en sus posiciones, parecen dos pollos sin cabeza perdiendo la posición, corriendo sin sentido e interpretando mal las jugadas.

De ahí que en sus últimas actuaciones no hayamos escuchado de fondo a Freddie Mercury ni la banda sonora de Rocky, y lo único que viene a nuestros oídos son los gorgoritos de Chenoa cuando interpreta ‘cuando yo voy, tú todavía estás aquí’, como metáfora cruel de lo que es llegar tarde a todos los balones. Y cuidado porque puede que lo siguiente que suene sea la ‘Balada para una despedida’, del tristón de José Luis Perales con su ‘hoy estando buscando la mejor manera de decirte adiós…’. @Bajarlaalpasto

Cuatro capitanes culés y un funeral

«La culpa ha sido mía, yo soy el único cabrón de esta historia…» – Hugh Grant en la película ‘Cuatro bodas y un funeral’.

Uno de los momentos más famosos de la historia de la liga es el desenlace de la que se disputó la temporada 1993/1994, que finalizó con el famoso penalti fallado por Djukic que le habría dado el título al Deportivo de La Coruña, y que se acabó celebrando en Barcelona en la que fue la cuarta liga consecutiva del ‘Dream Team’ de Cruyff. Al final el partido y con un Riazor desolado, un abatido Arsenio Iglesias se presentó en la rueda de prensa y soltó una de las frase que debería formar parte de cualquier compendio de filosofía que se precie: «Mucho que decir y poco que contar».

Han pasado 27 años desde ese episodio y, al acabar el esperpento protagonizado por el Barça en Vallecas, lo primero que me ha venido a la mente en la sentencia de o Bruxo de Arteixo; y es que cómo se puede explicar el delirante inicio de temporada del equipo blaugrana, que tras diez jornadas suma unos paupérrimos 15 puntos (la mitad de los posibles), producto de cuatro victorias, tres empates y tres derrotas, casualmente todas contra conjuntos madrileños, marcando unos ridículos 15 goles y encajando 11, destacando que en varios partidos el primer disparo entre tres palos ha acabado en las redes de la portería de Ter Stegen.

A la hora de buscar culpables seguro que la responsabilidad está compartida, empezando por la junta directiva, siguiendo por el cuerpo técnico y acabando por los jugadores, y dándole también su parte a los servicios médicos, a los que por la forma en la que están gestionando y tratando las lesiones habría que recordarles la máxima «si juegas a los médicos, hazlo sin pacientes reales», y a todos esos metemierdas que desde los medios de (des)información y desde las redes sociales pululan cerca del club y que son expertos en provocar incendios y en ofrecerse para apagarlos con gasolina.

Los antiguos romanos, que eran gente sabia y de buen razonar, decían que «el pescado se empieza a pudrir por la cabeza«. Y en el caso del Barça está claro que tanto el presidente Laporta como su antecesor Bartomeu, en unas ocasiones por acciones y en otras por omisión, tienen su cuota como máximos responsables de la institución; tampoco puede escapar de la quema un Koeman sobrepasado por los acontecimientos y que, como entrenador, está demostrando tener menos cintura que cuando era el último defensor en su etapa como jugador.

Pero en esta ocasión quiero dedicarle unas líneas a un cuarteto que lleva formando parte activa de los últimos estropicios que ha sufrido el FC Barcelona, que no son otros que sus cuatro actuales capitanes: Busquets, Piqué, Alba y Sergi Roberto. Y es que, por poner una fecha dolorosa en el recuerdo de los aficionados, los cuatro estuvieron en el vergonzante 3-0 de Roma y también acudieron puntuales a las sonrojantes citas europeas con el Liverpool (4-0), Bayern (2-8) Juventus (0-3), PSG (1-4) Bayern (0-3) y Benfica (3-0). Por el medio, también derrotas dolorosas en competiciones domésticas y una falta absoluta de nivel competitivo, tanto ante los grandes del fútbol español, como Real Madrid o Atleti, como últimamente ante sus nuevas bestias negras, como el Granada City, el Bayern de Cádiz, el Getafelsburgo o el Inter de Vallecas.

Resulta triste y preocupante comprobar que en la mayoría de las ocasiones en las que los cuatro capitanes están sobre el campo, el partido acaba en un funeral. Y es que Busquets no es capaz de llevar la manija de un equipo blandito, Piqué tiene otras prioridades que le ocupan mucho tiempo, Alba llevaba años viviendo de los caramelitos que le regalaba Messi y Sergi Roberto es un futbolista intrascendente con un juego más insulso que un bocadillo de miga de pan.

El problemas es que, cuando otros capitanes como Puyol, Xavi o Iniesta vieron que su momento había llegado y los tres pactaron una salida con honores del club de su vida, los actuales portadores del brazalete se han agarrado a sus contratos, cediendo únicamente en diferir la duración de los mismos para no perder ni un céntimo, y al poder que tienen en el vestuario para impedir la renovación a fondo que se debería practicar en la plantilla. Y con este comportamiento irresponsable, el aficionado culé seguirá asistiendo a un funeral tras otro mientras espera la resurrección de un equipo muerto y enterrado. @Bajarlalpasto1

En Merenguilandia siguen celebrando el atraco de Francia en la Nations League

«Una derrota peleada vale más que una victoria casual.» – José de San Martín, militar y político argentino.

Si os preguntasen en qué partido jugado en San Siro, con árbitro británico, en el que estaba en juego un título europeo, ganó el equipo que iba vestido de blanco con un gol marcado en fuera de juego, la mayoría seguro que habríais contestado la final de la Champions de 2016 en la que el Real Madrid se impuso al Atleti con un clamoroso gol ilegal de Sergio Ramos. Y doy tantos datos para identificar el partido porque si solo hubiese que adivinar qué final europea ganó un equipo de blanco con gol en fuera de juego también podríais haber dicho la que le atracó – perdón, ganó – el Madrid a la Juventus en Amsterdam en 1998, con arbitraje de Krug, uno de los benefactores de la Casa Blanca.

Pues desde hace unos días también sería una respuesta correcta el robo perpetrado en ese mismo estadio por Francia, ataviada de blanco impoluto, a España en la final de la Nations League, cambiando en el papel de cooperador necesario a Clattenburg por Taylor, que abandonaron la famosa flema británica para dedicarse a pastelear y a medrar.

Lo que tienen en común esos tres episodios lamentables, que seguro que ocuparían un lugar destacado si un día se publicase una recopilación de competiciones manipuladas por la UEFA, es que los tres se celebraron en Merenguilandia con fanfarria y repique de bombo, si bien es cierto que la victoria de Francia, o la derrota de la selección española de Luis Enrique, se festejó más en las redes sociales, sin necesidad de vallar Cibeles ni de embutir a la presidenta Ayuso en una camiseta blanca, como sí se hizo en otras ocasiones con sus antecesoras en el cargo, Aguirre o Cifuentes.

Y es que el título del equipo francés le proporcionó al nazionalmadridismo un doble placer: por un lado le sirvió para atizarle a Luis Enrique por no haber llevado a ningún jugador del Madrid, como si la presencia del tal Nacho o de una medianía como Lucas Vázquez hubiese alterado el resultado de la final; y por otro, lo están utilizando para seguir dando la matraca y seguir promocionando a Benzema en la carrera por el Balón de Oro.

Sin duda lo más chusco es que esta celebración está protagonizada por los que siempre han presumido de buenos españoles, y así se permitían criticar a Piqué, al que le negaban el derecho de jugar con la selección porque entendían que era un indepe que no sentía la camiseta, o se ponían estupendos por unos silbidos al himno en los prolegómenos de alguna final de Copa del Rey.

Pero la bipolaridad de estos infraseres les llevó a que, dos días después de jalear al vecino francés, desempolvaron la bandera rojigualda para ponerla en el balcón para celebrar la festividad del 12 de octubre, conocida como la Fiesta Nacional, y ahí sí que sacaron a relucir su extraño orgullo y su patriotismo de la señorita Pepis. @Bajarlaalpasto1

La caverna vomita bilis contra Luis Enrique

«La grandeza inspira envidia. La envidia engendra rencor. El rencor genera mentiras.» – JK Rowling, escritora británica.

Han pasado casi diez años desde la última gran victoria de la selección española, tras el periodo mágico entre 2008-2012 en los que dominó el planeta fútbol ganando dos Eurocopas y un Mundial desplegando un fútbol espectacular, y ahora que vuelve al primer plano y disputará el título de la segunda Nations League contra Francia, actual campeona del mundo, la afición vuelve a estar dividida. Y, tristemente, vuelven a ser los mismos que antes de 2008 organizaron una cacería contra el seleccionador Luis Aragonés los que ahora vuelven a la cargan para atizarle a Luis Enrique, y por el mismo motivo: plantarse para dejar que la selección española deje de ser una sucursal de la cochiquera madridista.

Y así, si en su momento Luis Aragonés tomó la decisión deportiva de prescindir de Raúl, de profesión capitán del Real Madrid y manipulador de vestuarios, para apostar por Fernando Torres y Villa, en la última Eurocopa Luis Enrique decidió que ningún jugador del Madrid daba el nivel para acudir a la cita en la que el combinado nacional volvió a la élite, llegando a disputar la semifinal y siendo injustamente eliminada contra la futura campeona, Italia. Y eso en los estercoleros mediáticos de la capital jamás se lo perdonaron.

La primera factura que le quisieron cobrar al técnico asturiano fue por la ausencia de Sergio Ramos en la convocatoria, cuando el camero estaba lesionado y prácticamente llevaba todo el año sin jugar, situación que se ha prolongado hasta la fecha. Pero daba igual, e incluso algún pesebrero prefirió meter su dignidad en el cubo de la basura, para exigir que el capitán merengue tendría que acudir a la cita europea por su capacidad para ejercer como líder. A partir de ahí ya todo valió, y el nazionalmadridismo salió en tromba para criticar a Luis Enrique por no haber llevado a un lateral derecho próximo a la cuarentena, al cuarto central del Madrid, a un centrocampista medio tocado del Betis o a un delantero del Celta que lo único que demostró en su carrera es que solo ha rendido a alto nivel en el club vigués. Como si llevar a esos cuatro (buenos) futbolistas hubiese mejorado el gran resultado final en el torneo.

Y ante la final-four de la Nations League, a la que España llegó tras dejar por el camino a la todopoderosa Alemania, volvieron las críticas feroces contra el seleccionador. Por un lado, por no haber llamado a ningún jugador del Madrid, como si hubiese alguno que se lo mereciese, como el tal Nacho, cuyo único mérito es ser capaz de jugar mal en varias posiciones, o Lucas Vázquez, una medianía que tendría difícil despuntar en una liga de peñas. Y menciono a estos dos tuercebotas, porque reclamar la presencia de Ausencio, perdón Asensio, o Isco parece una broma pesada. Y por otro la convocatoria de Gavi, un chaval de 17 años al que Koeman ha subido al primer equipo del Barça, y al que desde los panfletos capitalinos han atacado, argumentando que tenía por delante a Luis Alberto, a Brahim Díaz o que hasta el españolista Darder – ¡Darder! – reunía más méritos.

Pero la brillante victoria de la selección ante la Italia eurocampeona, que además jugaba en su casa, con Gavi de titular y con un atractivo 4-3-3 basado en la posesión, la presión alta y en jugar en campo contrario y con falso nueve, demostró que la caverna nunca descansa. Y así, después del partido se sucedieron los comentarios críticos, insistiendo en que Luis Enrique es un provocador, que la selección está formada por jugadores mediocres y de perfil bajo, e incluso algún atolondrado llegó a afirmar que, ante la final, hay más cosas que le unen a Francia que a España. Por supuesto que esta basura que trabaja en los medios es la misma que de vez en cuando reparte carnets de españoles buenos y malos, y son los mismos que durante años organizaron una cacería contra Piqué porque, según sus cerebros podridos de odio, era un indepe que no sentía los colores.

Por cierto, recordarles a esos botarates que aseguran sin ponerse colorados que la selección está formada por futbolistas de perfil bajo que el once titular que presentó Luis Enrique contra Italia estuvo formado por el portero del equipo campeón de la Supercopa y finalista de las dos últimas Copas del Rey, dos defensas del equipo que ganó la Champions, otro la Premier y el cuarto la Europa League; un centro del campo con un campeon de LaLiga, otro de la Copa y el tercero titular y revelación del Barça; y una delantera con un ganador de la Premier, un jugador del PSG y otro de la Real Sociedad, actual colíder de LaLiga.

En resumen, la caverna ya tiene escrito el relato, independientemente de lo que suceda en la final contra la Francia campeona del mundo: Si la selección pierde, a Luis Enrique le atizarán más que a una estera; si gana, dirán que la Nations League es un torneo menor. Y es que la caverna hará todo lo posible para deshacerse de un seleccionador que los ningunea y que presume públicamente de saber más de fútbol que ellos, algo que no le ocurriría discutir ni a quien asó la manteca. Pero, por suerte para el fútbol español, por lo menos hasta el Mundial de Qatar tendrán que tragar con el técnico asturiano, así es es recomendable que hagan acopio de Almax, Primperán, Lexatín y Hemoal para pasar estos meses de la forma más digna posible. @Bajarlaalpasto1

Piqué: ‘Es lo que hay’… y una mierda

«El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras.” –  Aristóteles, filósofo griego.

Comienzo con una aclaración, innecesaria para mis fieles y pacientes seguidores-lectores, por si hay algún despistado o alguna nueva incorporación: tanto en este blog como en la cuenta de Twitter @Bajarlaalpasto1 siempre he sido un gran defensor y un gran admirador de Gerard Piqué, al que le he dedicado varios posts. Y siempre he dicho que es [era] el mejor central del mundo… pero solo cuando le sale [salía] de las bolas.

Dicho esto, lo cierto es que desde 2017 – ¡ya cinco años!!! – Piqué aparece retratado en los ocho resultados más vergonzosos sufridos por el Barça en Champions durante este tiempo, siempre acompañado por Sergi Roberto, Jordi Alba, Busquets y Ter Stegen (sí, también Ter Stegen, ya sé que para muchos está mal recordarlo, pero la hemeroteca es así de caprichosa).

No seré yo quien dude de la profesionalidad del central, pero lo que sí es cierto, y aquí la hemeroteca vuelve a ser caprichosa, es que en los últimos años el fútbol no ha sido su única prioridad, diversificando sus actividades, principalmente a través de la empresa Kosmos, organizando el nuevo formato de la Copa Davis, representando a tenistas como Thiem o participando en proyectos futbolísticos como el FC Andorra, al mismo tiempo que arrasa en sus incursiones en el mundo de la comunicación, tanto a nivel personal con sus redes sociales como con su alianza con Ibai Llanos, tras haber comprado los derechos de la última Copa América y el debut de Messi con el PSG, o el nuevo proyecto que van a compartir en eSports. Y para todo eso se necesita tiempo, dedicación y concentración.

Recordamos que tras la vergonzosa derrota en Champions por 2-8 en Lisboa ante el Bayern, Piqué había declarado que «nadie es imprescindible, yo soy el primero que me ofrezco, si tiene que venir sangre nueva y cambiar esta dinámica soy el primero en irme, en dejarlo, porque creo que hemos tocado fondo”, añadiendo que “no competimos en Europa, llevamos unos años así, independientemente de quién sea el entrenador o de los jugadores que sean. En LaLiga nos daba, pero tampoco nos da.”

Pues bien, ha pasado más de un año y, centrándonos en la situación deportiva de Piqué en el Barça, el jugador sigue formando parte de la plantilla de la cual es el capitán y se ha vendido como un gran servicio al club una rebaja salarial que, en términos reales, ha sido diferirse el pago de su ficha a cambio de asegurarse una temporada más (hasta el 2024). Y, lo que resulta más triste, parece que a nivel futbolístico no está capacitado para  desempeñar el que tendría que ser su último gran servicio al club, como era el de apadrinar a Araújo y Eric García y que creciesen y se asentasen a su lado.

Así es que, y por mucho que me duela decirlo, Piqué no ha dado un paso a un lado ni, mucho menos, un paso al frente. Lo que sí da, y cada vez más, son pasos atrás sobre el terreno de juego, reculando para que no se le vean las costuras y metiendo al equipo a defender en su área, en vez de sacar la línea y hacer un bloque más junto, más compacto y más dominador.

Y está muy bien que tras una derrota dolorosa no se esconda y dé la cara. Pero lo que no es de recibo es que en septiembre, con solo tres jornadas de Liga y una de Champions disputadas, diga con cara lánguida: “es lo que hay, ahora somos lo que somos”, y transmita ese mensaje derrotista, como queriendo decir que con veteranos acomodados, fichajes de la clase media y jóvenes barbilampiños la temporada se nos va a hacer los culés más larga que el viaje de Marco para encontrar a su buena mamá… y eso que este serial lacrimógeno tuvo un final feliz. @Bajarlaalpasto1

Messi saca la patita, pero ya nada volverá a ser como antes

«Si entendiéramos completamente las razones del comportamiento de otras personas, todo tendría sentido.» – Sigmund Freud, médico, investigador y psicoanalista austríaco.

Tras la dolorosa despedida de temporada que firmó el Barça en Lisboa donde fue bailado por el Bayern en Champions, firmando una vergonzosa derrota por 2-8 que fue el epílogo a un sonrojante nadaplete, se preveía un veranito movido en Can Barça. La herida se cerró en falso, con tiritas y agua oxigenada, cuando el traumatismo era de tal gravedad que exigía pasar por el quirófano, destripar y amputar. Solo Piqué –siempre Piqué – dio la cara, mientras el resto de jugadores, con el gran capitán a la cabeza, se dedicaron a silbar melodías con el consentimiento de una directiva que se limitó a ofrecer la cabeza de Quique Setién, un entrenador que llegó presumiendo de lo bien que se lo pasaba con las vacas mansurronas en su pueblo, pero al que devoraron las vacas sagradas del vestuario culé.

Para hacerse cargo del banquillo nombraron a Ronald Koeman, reconocido culé pata negra, líder espiritual del Dream Team de Cruyff y parte importante del escudo por ser el autor del golazo que en Wembley le dio al club su primera Copa de Europa. Nada más llegar, al holandés le dieron mando en plaza y, sin tiempo para ponerse el chándal para empezar a entrenar, lo equiparon con una desbrozadora y una radial y le dieron plenos poderes (y alguna recomendación) para limpiar el vestuario. Al nuevo míster no le tembló el pulso y, demostrando tanta sangre fría como cuando Cruyff lo ponía a jugar de último defensa con solo un compañero a su lado, anunció que no contaba con varios jugadores, con Luis Suárez a la cabeza.

Lo que sucedió a continuación provocó un tsunami que tuvo su epicentro en Barcelona, pero cuya onda expansiva alcanzó todos los rincones del planeta fútbol, desde Dubái hasta Manchester (es un ejemplo, no seáis mal pensados). Y es que a finales del mes de agosto, Messi puso en conocimiento del F.C. Barcelona mediante un burofax su intención de abandonar el club, acogiéndose a una cláusula en su contrato que le permitía su salida libre al final de cada temporada. Pero se olvidó de un pequeño detalle, y es que dicha comunicación tenía como fecha tope para realizarla el 10 de junio.

A partir del conocimiento del contenido del burofax más famoso de la historia de las comunicaciones, se sucedieron las noticias, los rumores, los confidenciales, las exclusivas… en resumen, una sucesión de fake news a través de las redes sociales en lo que parecía una disparatada competición de a ver quién la soltaba más gorda.

Lo cierto es que la directiva del Barça desde el primer momento se negó a que Messi saliese gratis, remitiéndose a su cláusula de rescisión de 700 millones de euros y confirmando, no solo que contaban con él, sino que estaban dispuestos a ampliar su contrato. Y que, por supuesto, en el caso de que llegase alguna oferta la estudiarían. Con la aparición en escena del padre de Messi (siempre los dichosos padres, como en su momento el de Thiago o después el de Neymar) se sucedieron las reuniones en las que el club dejó clara su postura y, ante la falta de ofertas, quedó claro que la salida del argentino era inviable.

Entrevista con Rubén Uría / Goal.com

Al cabo de unos días, y con todo el barcelonismo reclamando que el jugador se explicase, Leo Messi concedió una entrevista al periodista Rubén Uría en el portal Goal, en la que desveló sus intenciones y lo que había motivado plantearse su marcha de Can Barça. En dicha entrevista – sin duda de gran valor periodístico, pero enlatada, guionizada, editada y que parecía grabada en la sala de un psiquiátrico – de entrada sorprendió el look, para unos informal, para otros desaliñado, con el que se presentó el futbolista para anunciar una de las decisiones más trascendentales de su carrera deportiva. En cuanto a sus respuestas, muchas de ellas teledirigidas con maestría por el entrevistador a través de la pregunta, no fueron nada convincentes, arreando palos al presidente por no ponerle una alfombra roja para salir, y acusando al club de falta de proyecto deportivo ganador en las últimas temporadas – falso de toda falsedad – y de hacer malabares y tapar agujeros, con lo que dejaba a sus compañeros a la altura del betún.

Una vez confirmado que se quedaba en el club, solo quedaba que volviese a los entrenamientos y se pusiese a trabajar. Y, cuando parecía que las cosas se habían calmado, llegó el anuncio de la salida de su amigo Luis Suárez, lo que provocó que publicase en su cuenta de Instagram una despedida, entre reivindicativa y lacrimógena, en la que aprovechó para enviar algún recado a Bartomeu. Muchos aficionados le recriminaron que, como capitán del equipo, no se despidiese de todos los jugadores que se marchaban y solo lo hiciese de los considerados miembros del llamado club de amigos.

Y, ¡por fin!, el pasado fin de semana el Barça debutó en LaLiga y presentó su proyecto ganador para esta temporada con una buena puesta en escena con lo que el barcelonismo volvía a ilusionarse y a hablar solo de fútbol. En ese ambiente más distendido, Messi concedió una entrevista al diario SPORT en la que pidió, además de paz y unidad, perdón a lo Panenka, dejando luces y sombras sobre cuál será su futuro, centrándose en los objetivos para esta temporada y justificando que todo lo que hizo fue «para hacer un mejor y más fuerte F.C. Barcelona».

Considerando como positivo este cambio de actitud del jugador, siguen quedando muchos puntos oscuros en su comportamiento, lo que conduce a plantearse muchas preguntas que estaría bien que tuviesen respuestas: ¿quién fue el ideólogo del burofax?, ¿desde qué despacho aprovecharon la salida de Luis Suárez para calentarle la cabeza al argentino?, ¿se intentó jugar desde alguna candidatura a la presidencia del Barça la baza Messi para provocar un adelanto electoral?, ¿qué papel jugó el City en todo este embrollo?, es más ¿algún candidato tiene relaciones personales e incluso empresariales con algún destacado dirigente de los citizens?, ¿es cierto que Guardiola llamó a Messi o se limitó a esperar acontecimientos tocando la pandereta?, ¿qué papel jugó Pepe Costa en este vodevil?, y por cierto ¿cuáles son las funciones de Pepe Costa y quién le paga el sueldo? ¿o tiene varios pagadores? Las respuestas a muchas de estas preguntas provocarían que más de uno tuviese que quitarse la careta quedando, como bien dice mi amigo @vonmarius1899 , como un culé de Hacendado.

Y una última pregunta: ¿cuál será el final de este culebrón? Los aficionados culés lo que quieren es ver a su equipo jugar bien al fútbol, ganar partidos y títulos, y tener en su plantilla a los mejores jugadores del mundo y, por supuesto, al mejor de la historia como es Leo Messi. Pero aunque muchos crean que la memoria de los aficionados es frágil y que el Messigate de este verano se resolverá en cuanto el crack argentino regale goles, asistencias y slaloms, eso no es del todo cierto. El anuncio de que se quería ir causó mucho dolor en el barcelonismo, y una cosa es perdonar e incluso olvidar, y otra muy distinta pretender que todo vuelva a ser como antes. Y es que mientras siga vistiendo la samarreta con el ’10’ volverá a contar con el apoyo de la afición, pero nada volverá a ser como antes porque la magia se rompió. Mejor dicho, la rompió él y solo él. Por eso Messi siempre será un ídolo en Can Barça, pero ya nadie pedirá una estatua suya en los accesos al Camp Nou ni que el estadio lleve su nombre. Y esa será su penitencia. @Bajarlaalpasto1

Mi ’11’ histórico del FC Barcelona

«Después de momentos magníficos, sólo quedan recuerdan inolvidables.» – Leído en alguna parte.

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Pues sí, éste es mi ’11’ histórico favorito formado por jugadores que han pasado por el FC Barcelona y de cuales tengo grandes recuerdos. Por supuesto que faltan muchos, como podrían ser Asensi, Simonsen, Krankl, Quini, Lineker, Zubi, Guardiola, Bakero, Stoichkov, Cocu, Luis Enrique, Rivaldo, Dani Alves, Henry, Eto’o, Piqué, Busquets, Luis Suárez… y tantos y tantos grandes futbolistas que han hecho que el Barça sea una referencia en el fútbol mundial.

Seguramente echéis de menos a algún crack, por lo que aclaro que en mi equipo no tienen sitio aquellos jugadores que, al margen de su calidad futbolística indudable, utilizaron la grandeza del FC Barcelona para medrar demostrando no tenerle ningún cariño al club, como Maradona, Ronaldo o Neymar, ni aquellos que fueron capaces de coger el puente aéreo sin ningún rubor para lucir la camiseta merengue, como Schuster, Laudrup o Figo.

Se aceptan comentarios, críticas, sugerencias y que, por supuesto, compartáis vuestro ’11’ a través de este post o de la cuenta de Twitter @Bajarlaalpasto ¿Quién se anima?

 

El expediente a Piqué (y Busquets) y el equipo de ‘todo a Chen’

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Confieso que me gusta el asuntito de la apertura de expediente a Piqué y Busquets por parte de la Comisión Antiviolencia, a petición del llamado por mi amigo @vonmarius1899 «RCDE de los chinos«. Y digo que me gusta porque tengo curiosidad por saber la opinión de dicha Comisión antes las dos obviedades declaradas por los dos jugadores de Barça expedientados tras el partido de ida de Copa del Rey disputado frente al Espanyol en Cornellà (coño, he escrito Cornellà… ¡mira que si también me expedientan!).

Les recuerdo a los ignorantes, desmemoriados y metemierdas las declaraciones por las que una Comisión, que tendría que estar dedicada a estudiar y resolver asuntos graves y trascendentes, perderá el tiempo porque está obligada a atender las peticiones de un club mediocre y acomplejado que se avergüenza cuando le recuerdan dónde tienen su estadio y su domicilio social.

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«El Espanyol de Cornellà nos lo pone siempre difícil”, aseguró Piqué ante los medios, palabras que para el Consejo de Administración presidido por el señor Chen «flirtean muy peligrosamente con actitudes xenófobas y que, en todo caso, generan claramente violencia e intolerancia en torno a nuestro deporte”. Alucinante… porque ¿de dónde carallo es el Espanyol? ¿De verdad que hay que explicar eso? Ya sabemos que su máxima aspiración es ser considerados el filial principal del Real Madrid y a lo mejor les gustaría residir en Valdebebas, pero de momento tiene que compartir ese dudoso honor con Castilla, Getafe y algún otro equipo cuyo nombre prefiero dejarme olvidado en el teclado.

¿Y qué declaró Busquets que ofendió tanto a la autodenominada «maravillosa minoría»? Pues se atrevió a decir que “[el Espanyol] celebró en Cornellà como si hubieran pasado de ronda, pero las eliminatorias duran 180 minutos”. ¿Pero te has vuelto loco, Busquets? ¿Cómo que las eliminatorias de Copa son a ida y vuelta? ¿No ves que si fuesen a partido único el Barça estaría eliminado y jugarían las semifinales Madrid y Espanyol? ¿Y no sabes que este año en la Liga solo importa el ganador de las primeras partes?

Suena a chufla, ¿verdad? Pues no, porque para Chen y los suyos «las declaraciones de Busquets son totalmente contrarias a los valores de respeto en el fútbol y pueden ser generadoras de violencia e intolerancia”... ¡mi madriña, cómo están las cabezas de averiadas!

Por eso, volviendo al inicio del post, manifiesto que el asuntito me gusta. Y voy más allá. El Barça no debería salir a defender a sus jugadores y tendría que haber archivado en la papelera la comunicación de apertura del expediente. ¿Por qué? En principio para no participar de esa pamema. Y a continuación porque si la Comisión archiva el expediente, el club de una localidad cuyo nombre no me atrevo a escribir habrá protagonizado un ridículo de época; y si por el contrario se sancionase a los jugadores del Barça, nos podríamos tirar por el suelo de la risa leyendo los argumentos para justificar dicho desatino.

Por cierto, ¿se sabe qué Comisión, Comité, Observatorio o grupo de paniaguados investigará y sancionará a quienes en el estadio de Cornellà, llamado así principalmente por el simple detalle de que está en Cornellà, lanzaron objetos sobre un jugador, insultaron a otro, faltaron al respeto a una mujer e incluso en un alarde de valentía se atrevieron a meterse con un niño? Y después se ofenden por decirles que la cochiquera de Cornellá es el refugio de la maravillosa porquería. @Bajarlaalpasto

 

¡Silencio Wanda!… Un pistolero anda suelto

«Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad.» – Bertolt Bretch, escritor alemán.

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El pasado sábado se jugó en el Wanda – sí, en el Wanda que son los que ponen la pasta por mucho que se ofendan mis amigos colchoneros – el partido más atractivo de la octava jornada de LaLiga entre el Atlético de Madrid y el Barça, amenizado por un concierto de música de viento que le dedicaron los aficionados del Atleti a Piqué durante 90 minutos. En los prolegómenos, banderas españolas y música de Manolo Escobar, para que al Barça y a Gerard Piqué – el monstruo de dos cabezas de deporte español – les quedase claro que estaban jugando en España… vamos, como si en el equipo culé no hubiesen jugado más españoles que en el rojiblanco. En fin, en su casa cada uno hace el ridículo como quiere.

En lo deportivo, el fútbol rácano al que nos tiene acostumbrado el Cholo – para ese menú  no hace falta sacar la vajilla de los domingos ni el mantel de hilo de la abuela, sino platos de plástico y mantel de papel – consiguió imponerse en momentos de la primera parte al fútbol combinativo y de buen trato al balón de los jugadores de Valverde, llegándose al descanso con un engañoso e injusto 1-0 en el marcador. Ya en la segunda parte el Barça pasó el rodillo, ayudado por la querencia de Simeone de encular a su equipo en su propia área cuando se enfrenta a la maquinaria culé, aunque no consiguió la igualada hasta los minutos finales.

El tanto del empate lo logró Luis Suárez, rematando picado de cabeza un gran centro de Sergi Roberto, y lo celebró mandando callar al público del Wanda. La pena fue que un par de minutos después tuvo a unos centímetros de su bota el haber marcado el gol de la victoria, con lo que sospecho que nos perdimos una celebración que prometía ser épica.

A partir de ese momento, como si un ser superior hubiese activado un interruptor, la caverna se lanzó a degüello contra el goleador azulgrana, llegando a pedir incluso sanciones por su gesto hacia el público. Y de ahí mi cita del principio de este post dedicada a la hipocresía.

Y es que la doble moral cavernícola es sencillamente sonrojante. Que Raúl mandase callar al Camp Nou, o que Cristiano Ronaldo hiciese lo mismo en el Calderón no escandalizó a los mismos medios de comunicación palanganeros que ahora se llevan las manos a la cabeza. Incluso cuando Mandzukic hizo el mismo gesto también en el Camp Nou se interpretó como que «había hecho un Raúl»… ¡menuda risas!

 

En fin, que Luis Suárez mandase callar al público del Wanda por haberse pasado todo el partido silbando a un deportista ejemplar como Piqué, no es nada comparado con la colección de desplantes protagonizado por las más grandes estrellitas y vedettes merengues en diversos campos, como recoge @Zona_Blaugrana en este mosaico. Ahora entendéis mejor lo de la hipocresía, ¿verdad? @Bajarlaalpasto

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