Guardiola pone en su sitio a los prostíbulos mediáticos

«El silencio de un hombre sabio es siempre significativo.» – Leo Strauss, filósofo político germano-estadounidense.

Hace unas semanas, con ocasión de la eliminatoria de cuartos de final de la Champions contra el Atleti de Simeone, Pep Guardiola se explayó en las intervenciones ante la prensa, contestando a todas las preguntas, hablando solo y mucho sobre fútbol y dando todo tipo de explicaciones. Por desgracia, para lo único que le sirvió fue para que la caverna, con el apoyo complaciente del Cholo, tergiversase sus declaraciones, sacando incluso palabras sueltas de contexto, para atacarle tal y como vienen haciendo desde los lejanos tiempos en los que entrenaba al Barça. Vamos, casi desde la prehistoria 😉

Ahora, tras la victoria del City sobre el Real Madrid (4-3) en el partido de ida de semifinales de la misma competición (sí, resalto lo de victoria del City, porque leyendo y escuchando a los trompeteros de la caverna parece que el Madrid arrasó en el Ethiad) se vivió un nuevo episodio del bochornoso trato que los medios españoles le dan a Pep Guardiola. En esta ocasión, el míster citizen no entró al trapo que le ofrecía el reporterete de turno, trabajador de la plataforma que retransmite el partido y que al mismo tiempo patrocina a uno de los equipos, al que liquidó con un par de frases hechas, unos monosílabos y unas obviedades sin ninguna chicha, mientras le miraba con cara de estar muy atento a la soplapollez que le iba a preguntar.

Por supuesto, al acabar una de las entrevistas más intrascendente de la historia del periodismo, los medios capitalinos saltaron todos a una, como si todos al mismo tiempo hubiesen recibido la misma instrucción (cosa que no se descarta). Y es que les da igual que Guardiola hable o no hable porque el relato ya lo tienen escrito (al dictado, por supuesto) y no tienen ningún interés en hablar con él sobre fútbol, tácticas, cambios, sistemas. Solo buscan un titular morboso para dejarle en evidencia, mientras se pasan por la entrepierna el código deontológico de la -en otros tiempos- prestigiosa profesión de periodista.

En un país de mediocres, en el que hace tiempo que la opinión publicada ha engullido a la opinión pública (diferencia que le escuche hace años a Felipe González), el mundo del pseudoperiodismo deportivo-futbolero se nutre de (des)informaciones interesadas que traslada a sus consumidores aborregados en forma de alfalfa a través de panfletos que no sirven ni para limpiarse las cachas y de programas radiofónicos y televisivos de dudoso gusto, donde prima el espectáculo y el show. Por eso cuando en ese páramo aparece un triunfador se le atiza sin piedad. Y si, a mayores, el susodicho es una persona con criterio e ideas propias al margen del pensamiento único, ya pasa a ser un sospechoso habitual. Por todo eso, la mugre odia a Pep. @Bajarlaalpasto

 

El Cholo desprestigia la Champions con un planteamiento cagón

«Cuántas cosas perdemos por miedo a perder.» – Paulo Coelho, escritor brasileño.

Imagen de Twitter.

Bochorno, repulsión, vergüenza… y sí, venga, lo voy a decir, ASCO ante el planteamiento (si es que se puede llamar así) de partido que perpetró el Cholo en el Ethiad ante el City, en el partido de ida de cuartos de final de la que pasa por ser la competición por equipos más importante del mundo, aunque después de ver lo que ofreció el Atleti no pasaría de ser un partido más de un cuadrangular de las fiestas de pueblo entre solteros, casados, viudos y arrejuntados.

Y que no me vengan con la pamema del equipo pobre del pueblo contra un club estado, cuando el equipo colchonero lleva años instalado en el ranking de equipos europeos que se gastan en jugadores millonadas a paladas. Es más, ayer en su defensa de seis en línea jugó como lateral izquierdo Joao Félix, por quien pagaron hace ya tres años 120 millones de euros, lo que le convierte en el defensa mejor pagado de la historia del fútbol.

Si el Atleti comenzó el partido con un aparente 5-3-2, enseguida le debió parecer un planteamiento muy arriesgado por lo que no le dio vergüenza pasar a un 5-5-0, que en ocasiones fue un 6-4-0, sabiendo que su parroquia le consiente todo, incluido un desprecio total y absoluto por el balón. Al final, el Cholo firmó un partido sonrojante sin ningún tiro a portería, perdiendo 1-0 y fracasando en su plan inicial de firmar un triste empate sin goles utilizando la táctica del «autobús» ideada por Maguregui, uno de sus antecesores en el banquillo rojiblanco. Y es que cuando eres resultadista y no consigues el resultado perseguido, lo que queda es la nada más absoluta. @Bajarlaalpasto

Nota: la imagen que ilustra el post circula por Twitter ‘como la pólvora’, pero desconozco su autor.

¡Silencio Wanda!… Un pistolero anda suelto

«Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad.» – Bertolt Bretch, escritor alemán.

luis_suarez

El pasado sábado se jugó en el Wanda – sí, en el Wanda que son los que ponen la pasta por mucho que se ofendan mis amigos colchoneros – el partido más atractivo de la octava jornada de LaLiga entre el Atlético de Madrid y el Barça, amenizado por un concierto de música de viento que le dedicaron los aficionados del Atleti a Piqué durante 90 minutos. En los prolegómenos, banderas españolas y música de Manolo Escobar, para que al Barça y a Gerard Piqué – el monstruo de dos cabezas de deporte español – les quedase claro que estaban jugando en España… vamos, como si en el equipo culé no hubiesen jugado más españoles que en el rojiblanco. En fin, en su casa cada uno hace el ridículo como quiere.

En lo deportivo, el fútbol rácano al que nos tiene acostumbrado el Cholo – para ese menú  no hace falta sacar la vajilla de los domingos ni el mantel de hilo de la abuela, sino platos de plástico y mantel de papel – consiguió imponerse en momentos de la primera parte al fútbol combinativo y de buen trato al balón de los jugadores de Valverde, llegándose al descanso con un engañoso e injusto 1-0 en el marcador. Ya en la segunda parte el Barça pasó el rodillo, ayudado por la querencia de Simeone de encular a su equipo en su propia área cuando se enfrenta a la maquinaria culé, aunque no consiguió la igualada hasta los minutos finales.

El tanto del empate lo logró Luis Suárez, rematando picado de cabeza un gran centro de Sergi Roberto, y lo celebró mandando callar al público del Wanda. La pena fue que un par de minutos después tuvo a unos centímetros de su bota el haber marcado el gol de la victoria, con lo que sospecho que nos perdimos una celebración que prometía ser épica.

A partir de ese momento, como si un ser superior hubiese activado un interruptor, la caverna se lanzó a degüello contra el goleador azulgrana, llegando a pedir incluso sanciones por su gesto hacia el público. Y de ahí mi cita del principio de este post dedicada a la hipocresía.

Y es que la doble moral cavernícola es sencillamente sonrojante. Que Raúl mandase callar al Camp Nou, o que Cristiano Ronaldo hiciese lo mismo en el Calderón no escandalizó a los mismos medios de comunicación palanganeros que ahora se llevan las manos a la cabeza. Incluso cuando Mandzukic hizo el mismo gesto también en el Camp Nou se interpretó como que «había hecho un Raúl»… ¡menuda risas!

 

En fin, que Luis Suárez mandase callar al público del Wanda por haberse pasado todo el partido silbando a un deportista ejemplar como Piqué, no es nada comparado con la colección de desplantes protagonizado por las más grandes estrellitas y vedettes merengues en diversos campos, como recoge @Zona_Blaugrana en este mosaico. Ahora entendéis mejor lo de la hipocresía, ¿verdad? @Bajarlaalpasto

zona_blaugrana