Laporta y Xavi se ríen del barcelonismo comiendo sushi

«Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo» – Abrahan Lincoln, Presidente de Estados Unidos

La ópera buffa, en contraposición con la ópera seria, es una composición musical de carácter cómico o burlesco que surgió en Nápoles a principios del siglo XVIII y que alcanzó su máximo esplendor en la tarde-noche de ayer en la casa del presidente del Barça, Jan Laporta. Y es que no encuentro una mejor forma de catalogar la reunión que mantuvieron el alto mando del FC Barcelona con Xavi y su staff (por cierto, horroroso anglicismo tras el cual se ocultan muchos ineptos) en la cual se acordó que el entrenador cumpla su contrato, lo que implica su continuidad en el banquillo culé por una temporada más.

No debería ser noticia que una empresa y un trabajador respeten un contrato firmado y que apuesten por que se cumpla, a no ser que el propio trabajador hubiese anunciado con repique de bombo que se iría al acabar la temporada, en lo que vendría a ser un cese en diferido aceptado por el empleador. Además, cuando el propio trabajador insistió, cada vez que le ponían un micrófono delante, que su decisión no tendría marcha atrás y, se suponía, que se le estaba buscando sustituto.

Y en esas estaban en Can Barça hasta que hace unos días empezó un runrún que parecía apostar porque Xavi quería rectificar y que su cambio de decisión no estaba mal visto por el presidente Laporta, a la sazón miembro plenipotenciario de la Comisión Deportiva, en la que parece que Deco o Krkic pintan lo mismo que Negreira en sus tiempos en el Comité Técnico de Árbitros.

La decisión sobre la continuidad de Xavi puede ser analizada y/o criticada desde un punto de vista deportivo, económico, de resultados, de proyecto… y seguramente haya opiniones para todos los gustos y argumentos para defender una u otra postura, y dé para debatir y para rellenar páginas de periódicos, horas de tertulias de radio y apasionantes y acaloradas discusiones tuiteras.

Pero lo que no tiene un pase son las formas elegidas; y es que desde hace años un club con la grandeza del Barça muestra una alarmante falta de profesionalidad en muchas de las áreas de su organigrama, principalmente en la de comunicación. Y es que no puede ser que la reunión que nos ocupa se desarrolle en una residencia particular, con la prensa en el portal retransmitiendo en directo las entradas y salidas de los protagonistas, y la llegada de los repartidores de comida a domicilio. Todo inexplicable, surrealista y abracadabrante.

Una institución como el FC Barcelona necesita la presencia de los mejores profesionales, no solo en el banquillo y en el campo, sino también en sus servicios médicos, jurídicos, marketing, finanzas, comunicación… y, por supuesto, en su dirección. Y ahora mismo -y por desgracia- es lo más parecido al ejército de Pancho Villa, con un liderazgo personalista que se ha ido rodeando de amiguetes, familiares y pelotas para cubrir los puestos vacantes que han ido dejando sucesivamente profesionales de reconocido prestigio.

Y mientras no se consiga esa excelencia, la noticia será que Laporta se traga sus palabras de “conmigo, perder tendrá consecuencias” y Xavi las suyas de “me voy en junio”, mientras se ríen del barcelonismo hacíendose cucamonas y celebran su tropelía ante un plato de sushi. @Bajarlaalpasto

 

Mensaje para los culés: hoy es un gran día

«Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así…» – Joan Manuel Serrat, cantante y culé.

 

Sí, ya sé que la canción del gran Joan Manuel Serrat empieza con el condicional «hoy puede ser un gran día…» y que yo me he tirado a la piscina titulando «hoy es un gran día». Pero es que lo he escrito así porque realmente lo pienso.

Hablando en términos de Champions League, después de unos años de travesía por el desierto, cierto que trufados con más de una alegría, lo cierto es que HOY ES UN GRAN DÍA porque nuestro querido Barça vuelve al lugar que le corresponde, como es estar a las puertas de disputar una nueva semifinal de la máxima competición europea a nivel de clubes, o, lo que es lo mismo, de quedarnos a tres partidos de levantar el sexta orejona.

Por eso HOY ES UN GRAN DÍA de celebración y de exaltación del barcelonismo y de presumir de culé, porque seguro que hoy a las 21h el estadio de Montjuic estará abarrotado de gargantas para animar al equipo  y que cientos de miles estaremos en nuestras casas o en los bares viendo el partido enfundados con nuestra mejor camiseta azulgrana.

Sí, también sé que faltan mínimo 90′ de sufrimiento para certificar el pase, como también sé -como aficionado veterano que soy- que nuestra historia está salpicada con decepciones en forma de eliminaciones inesperadas o de pérdidas de títulos inexplicables; pero esas desgracias siempre han reforzado nuestro sentimiento culé y y de ahí la grandeza de nuestro club.

Por eso mi mensaje es que HOY ES UN GRAN DÍA porque estoy convencido de que vamos a salvar esta vibrante eliminatoria de cuartos de final, que tendremos que estar preparados para sufrir, pero que seguro que cuando el árbitro (no quiero saber ni quién es) pite el final viviremos una explosión de júbilo culé. Y, aunque ahora me cueste escribirlo, que los más jóvenes sepan que si la historia hoy se vuelve caprichosa y nos desilusiona con otro requiebro siniestro, mañana volverá a salir el sol y seguro que seremos todavía más culés que hoy. Visca Barça!!!! @Bajarlaalpasto

 

 

El globo del #NegreiraGate: cuando la verdad estropea el relato interesado

“Nadie tiene más posibilidades de caer en el engaño que aquel para quien la mentira se ajusta a sus deseos” – Jorge Bucay, médico y escritor argentino.

Desde que en el mes de febrero de 2023 -¡ya hace más de un año!- se filtraron unas informaciones referidas a que el F.C. Barcelona había estado efectuando pagos entre los años 2001 y 2018 a una empresa propiedad de Enríquez Negreira, un exárbitro vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, hasta hoy, ha sido un no parar de exclusivas de chichinabo, noticias sin contrastar y fantasías animadas protagonizadas por periodistas que han demostrado que trabajan con los pantaloncitos bajados hasta los tobillos, youtubers más pendientes de monitorizar que de ser rigurosos, opinadores de medio pelo a tiempo parcial y tertulianos tontos de capirote a jornada completa, todos ellos al servicio de intereses espurios, como lo demuestra que todos ellos se pasaron por la entrepierna la presunción de inocencia y dictaron sentencia condenatoria sin juicio previo, pontificando con alegría que el Barça había comprado árbitros, partidos y títulos, sin aportar un solo dato – ¡ni uno solo! – que avalase esa acusación y que, por lo tanto, tenía que ser condenado y desposeído de los títulos conseguidos durante ese periodo. Chispún.

Por ponernos en antecedentes: este asunto comenzó en el transcurso de una inspección fiscal a la empresa DISNEL 95, S.L., propiedad del tal Enríquez Negreira, en la que la Agencia Tributaria detectó que durante años dicha empresa le había facturado al Barça un total de 7,5 millones de euros, por unos conceptos que, a su juicio, no estaban lo suficientemente acreditados, como era el pago por unos informes que, en principio, aseguraron que no existían, aunque después cuando los mostraron desde el club se cambió la versión por las de que no valían lo que se había pagado por ellos. Y así, la Agencia Tributaria, siempre tan pulcra y velando por el interés general, investigó la procedencia de dichos pagos, pergeñó las facturas, revisó las salidas y destinatarios de las transferencias efectuadas desde la empresa y recogió sus conclusiones en un informe, en el que destacan los puntos 6 y 7:

Punto 6: No consta pago alguno a ningún árbitro y se han requerido todas las salidas de la cuenta bancaria.

Punto 7: No consta prueba alguna en cuanto a que pudiera influir en resultados.

Posteriormente el caso pasó al Juzgado de Instrucción nº 1 de Barcelona, siguiendo en este momento en una eterna fase de instrucción, con el juez Aguirre al mando, realizando imputaciones ‘a lo Panenka’ y basando sus autos en meras especulaciones, sospechas o con argumentos jurídicos tan peregrinos como “por pura lógica”, queriendo ampliar el tipo delictivo en el que fundamentar las acusaciones desde el blanqueo de capitales y la administración desleal hasta la corrupción en el deporte y el cohecho; para meter con calzador este último presunto delito, el juez destructor (perdón, instructor) pretendía que alguien con dos dedos de frente le comprase la disparatada teoría de que el exárbitro empresario era un funcionario público – ¡un funcionario público! -, como si no supiésemos leer y entender el artículo 24.2 del Código Penal.

En estos últimos días, mientras dicho juez ha decretado la ampliación del plazo de la instrucción seis meses más porque está a la espera de un informe de la Guardia Civil (sen tempo non era, que decimos en mi tierra), la Audiencia Provincial de Barcelona ha aclarado que la RFEF es “una entidad eminentemente privada”, por lo que, en consecuencia, lo siguiente debería ser descartar que se hubiese cometido el tan disparatado como presunto delito de cohecho. Por cierto, un apunte sobre la decisión de ampliar la investigación: el juez Joaquín Aguirre ha sido el instructor del -entre otros casos, alguno muy mediático- ‘caso Macedonia’, un presunto entramado de narcotráfico y corrupción policial que, ¡tras 13 años de instrucción sumarial!, se sustanció con la absolución de todos los imputados, tras una investigación calificada en su sentencia por la Audiencia Provincial de Barcelona como “errática, prospectiva, exagerada e inútil”, tras haber pinchado más de 80 teléfonos y de intervenir miles de conversaciones de forma “inútil e infundada”. Ahí lo dejo.

Y es que, si bien es cierto que Enríquez Negreira fue vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros en los años en lo que su empresa tuvo relaciones mercantiles con el FC Barcelona, no es menos cierto que la papelera, el felpudo o el perchero que estaban en las oficinas de dicho CTA realizaban funciones más relevantes que las desempeñadas por él, cuyas competencias solo eran equiparables a las del florero, todo ello según testimonios de destacados representantes del estamento arbitral de la época.

Ahora bien, si desde hace ya más de un año nadie, ni desde jueces instructores ni Fiscalía ni la Guardia Civil hasta prestigiosos periodistas de investigación que han llenado horas y horas de radio y páginas y páginas de panfletos con supuestas exclusivas, han podido aportar ni el más mínimo indicio (ya no digo prueba) de que el Barça, a través de Negreira, hubiese amañado un solo partido de los cerca de 700 de liga que disputó durante los 18 años investigados, ni hubiese realizado un pago a ninguno de las decenas de árbitros que le arbitraron dichos partidos, ¿cuál es la explicación a esa extraña y, de momento, nada bien explicada relación comercial entre un club como el FC Barcelona y una empresa dirigida por un árbitro retirado que ocupaba un cargo de figurante en el CTA?

Esa pregunta tendría que contestarla los diversos presidentes que han pasado por la institución culé durante esos años, dando conformidad al pago de esas facturas sin que, hasta el momento, esté claro el motivo (real) de esas transacciones económica. Si, a la vista de las (no) pruebas recabadas, se descarta que haya habido compra-venta de partidos, y por lo tanto quedaría descartado el delito de corrupción en el deporte, quizás las pesquisas deberían centrarse más en investigar una presunta administración desleal. De ser así, la explicación podría ser que cargos del club utilizaron sus facultades para, utilizando la empresa de Negreira a modo de empresa pantalla, realizar pagos injustificados, quedándose la intermediaria con una parte del dinero, reintegrándole la restante a los ordenantes de dichos pagos, ocasionándole por lo tanto al FCB un perjuicio patrimonial, por lo que el club se convertiría en el sujeto pasivo del delito.

De  ser así, se confirmarían las sospechas de quienes desde el principio pensamos que la central lechera y sus altavoces habían aprovechado la (presuntamente) mala praxis de unos directivos chupópteros (en un caso como este era inevitable hacerle un guiño al inigualable José María García) para poner en marcha el ventilador de la mierda y atacar despiadadamente a una institución como el FC Barcelona, la cual durante los años investigados alternó temporadas deportivas en las que se alcanzaron la excelencia, y que están grabadas con letras de oro en la historia del fútbol mundial, con otras lamentables en las que se firmaron varios nadapletes sonrojantes. Si diésemos por válido el argumento de que el dinero pagado al empresario Negreira se utilizó para conseguir favores arbitrales que facilitaron la consecución de títulos, utilizando el mismo argumento sensu contrario se podría decir que en los años en los que el Barça pagó y no ganó nada habría sido víctima de una estafa. Y como esto es una auténtica perogrullada, el argumento de la consecución de la bonanza arbitral cae por su propio peso, porque no se puede invocar a conveniencia para justificar según qué resultados.

Lo que sí está acreditado es que la lista de mamporreros, palanganeros y trompeteros que pusieron sus altavoces y los teclados de sus ordenadores al servicio del conocido como #NegreiraGate es más larga que la lista de los Reyes Godos, que empezaba por Ataulfo y terminaba con Rodrigo, teniendo entre medias a otros 31 poseedores de tan digno título. Dos destacados agitadores durante este tiempo han sido Manu Carreño y Juanma Castaño, dos pseudoperiodistas de dudosa o nula formación académica, que han utilizado sus púlpitos nocturnos para ofrecer unas homilías a sus feligreses cargadas de resentimiento y trufadas de medias verdades, cuando no, directamente, de comentarios de cuñao acodado en la barra de un bar dándole al jarrillo. Los dos llegaron a afirmar que no hacía falta ni juicio ni sentencia ni nada, porque el hecho de quedar acreditados los pagos del Barça a Negreira ya servía para condenar al equipo culé. Y es que solo les faltó añadir “… y a tomar polculo!!!”

En el apartado de la prensa, el primer puesto se lo disputan El Mundo y El Confidencial, con ventaja para el primero al tener en nómina al trío de la bencina, formado por Vicente Ruiz, Jorge Bustos y Esteban Urreiztieta. A continuación estarían El Español de Pedro J. Ramírez, quien siempre presumió de ser látigo de corruptos hasta que necesitó los favores de Florentino Pérez para poner en marcha su digital, y Ok Diario del inclasificable Eduardo Inda, una excrecencia del periodismo que aprovecha este estercolero financiado espuriamente y su presencia en las tertulias más variopintas para vomitar sus taras.

Mención cum laude se merece Antonio Ferreras, el Ferri para su amo Florentino, al que le debe que lo rescatase de la Cadena SER para nombrarle Director de Comunicación del Real Madrid en su primera etapa como presidente merengue, para después mover los hilos y colocarle de factótum de los (des)informativos de laSexta, favores que le paga practicando el contorsionismo periodístico y no dejando de lamer la mano que le da de comer.

Y qué decir de los conocidos coloquialmente como los portalitos de Belén, desde los que unos paniaguados con ínfulas juegan a ser la reencarnación de Woodward y Bernstein, con la única intención de conseguir que el capo les dé unas migajas del presupuesto que desde la Casa Blanca destinan a los medios bajo el epígrafe “Purrias y purrelas”. Y es que ni ellos desde sus digitales y canales podían llegar a más ni el periodismo deportivo a menos.

Pues, como reza el dicho, con estos bueyes tenemos que arar. Y es que con un juez en las berzas, una Guardia Civil más lenta que el caballo de un fotógrafo y unos medios de comunicación que, como buena rehala que forman, están más pendientes de balar que de informar, nadie en su sano juicio es capaz de pronosticar cómo acabará esta pamema conocida como #NegreiraGate, que se quiso vender como el gran escándalo de corrupción de la historia del fútbol y va camino de quedarse en un entramado financiero montado por unos chapuzas para trincar la pasta, que saltó a los medios por los problemas fiscales de una de las partes. Vamos, lo que viendo siendo el día a día en esta Españita rancia, casposa y merengona en la que vivimos. @Bajarlaalpasto

 

Vinicius lucha contra el racismo ‘a lo Panenka’

“Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más rueda, más grande se vuelve” – Martin Lutero, teólogo alemán.

Antonín Panenka fue un futbolista checoslovaco que pasó a la historia de fútbol por haber marcado el penalti decisivo que le dio a su país el título de campeón en la Eurocopa disputada en Yugoslavia en 1976, derrotando en la final a la Alemania que llegó al torneo con la vitola de ser la campeona del mundo dos años antes. La Mannschaft se presentaba como la máxima favorita, al mantener en su selección a varios de los mejores futbolista de aquella época, como Maier, Beckenbauer, Vogts, Bonhof o Hoenes; pero una final trepidante que finalizó tras una prórroga con empate a dos goles, se resolvió en el ultimo penalti con una genialidad de Panenka, quien batió al gran Sepp Maier con un toque suave y en forma de medio vaselina nunca visto hasta esa fecha, quedando bautizado desde ese momento con su apellido ese tipo de lanzamiento.

Reconozco que me molesta mezclar el nombre de un gran tipo como Antonín con el de Vinicius, con quien nada tiene que ver, a no ser que tomemos el término ‘a lo Panenka’ como sinónimo de ‘con engaño’, que es lo que voy a hacer. Y es que al futbolista brasileño del Real Madrid, jaleado por unos medios de comunicación al servicio del nazionalmadridismo, lo han convertido en el abanderado de una supuesta lucha contra el racismo, por el simple hecho de que los cuatro tarados que siempre acuden a los estadios han reaccionado a sus continuas provocaciones con insultos de dudoso gusto.

Vinicius llegó al fútbol español tras un fichaje multimillonario en el que Florentino Pérez, demostrando su poderío al frente de un Club-Estado, se comprometió a pagar más de 60 millones de euros (entre fijo, variables, comisiones variadas y primas para los familiares) por un imberbe que pocos destellos balompédicos había mostrado en el planeta fútbol, aunque después en una de las Asambleas del club le vendió a sus compromisarios-borregos que se trataba de un canterano salido de La Fábrica de Valdebebas, factoría que, por cierto, debería llevar años cerrada por falta de producción.

Desde su aterrizaje en el fútbol español, el brasileño tuvo problemas en todos los campos que visitaba, tanto con los contrarios como con las aficiones rivales, por su actitud chulesca, sus gestos provocadores y sus ademanes antideportivos, todo ello con el consentimiento de unos árbitros que preferían mirar para otro lado y tragarse su dignidad antes que mostrarle la tarjeta roja, y a los que, en agradecimiento, acabó enfrentándose conocedor de su impunidad.

Su carrera iba transcurriendo por la liga entre polémicas y piques, hasta que el 21 de mayo de 2023 prendió la traca (nunca mejor dicho) en el partido disputado en Mestalla frente al Valencia. A falta de 20 minutos el Real Madrid iba perdiendo y, tras una jugada protagonizada por el ‘7’ madridista, que finalizó con un incidente en apariencia nimio, el brasileño montó la enésima tangana en un encuentro que ya estaba caliente, hasta acabar encarándose con la grada, dirigiéndose fuera de sí a un par de aficionados que se encontraban situados detrás de la portería local.

Bronca, jaleo, partido parado, Lucas Vázquez queriendo apagar el fuego con gasolina, Vinicius amenazando con abandonar el campo, Ancelotti diciéndole que se quedase y que pelillos a la mar y el colegiado De Burgos Bengoechea asegurando que suspendería el partido si se reprodujese algún episodio similar. Para completar la antología del disparate, resaltar que fue Rüdiger -¡Rüdiger!- el encargado de calmar los ánimos y de pedir sosiego. Y el Madrid, una vez más, ya había conseguido su propósito de embarrar un partido que estaba a punto de perder, y es que eso es algo consustancial al ADN merengue.

Desde ese momento y hasta el final, un Vinicius desquiciado no dejó de protagonizar una sucesión de secuencias lamentables, con la complicidad de su entrenador que no lo sustituyó viendo como estaba el percal, que finalizaron con una agresión a Hugo Duro, lo que motivó su expulsión. Para completar su actuación estelar, de camino a los vestuarios, y después de desafiar al árbitro, se dirigió a la grada haciéndole el gesto con los dedos de “a Segunda”, con lo que consiguió caldear aún más el ambiente.

A partir de ahí, estaba cantado que sobre el brasileño recaería una sanción ejemplar tras haberse encarado con rivales, aficionados, árbitro y cualquiera que osase cruzarse en su camino. Pero el Comité de Competición de la RFEF, en un giro de guion inesperado, le retiró la tarjeta roja por un quítame allá esas pajas, por lo cual no tuvo ningún castigo, recayendo las sanciones sobre el club che, en forma de cierre de la grada Mario Kempes y multa de 45.000 euros, por insultos racistas del público.

De esa forma, Vinicius salió elevado a los altares, siendo considerado como un icono de la lucha contra el racismo, contando con el apoyo del presidente Lula da Silva, quien ordenó que se apagase la iluminación del Cristo Redentor de Río de Janeiro, llegando su caso a la ONU hasta ser nombrado Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO y de concederle el Premio Sócrates en la Gala del Balón de Oro por su labor de concienciación social contra el racismo. Y así San Vini quedó equiparado a Gandhi, a la Madre Teresa de Calcuta o a Martín Luther King en su lucha por los derechos de las víctimas de violencia racial, habiendo quien insinuó sino podría ser un hijo secreto de Rosa Parks y Nelson Mandela.

Chascarrillos aparte y tratando este tema con la seriedad que requiere, lo único cierto es que el público de todos los estadios del fútbol español no dirigen a Vinicius insultos racistas, sino que responden con abucheos y alguna que otra lindeza al mal comportamiento que tiene el jugador sobre el campo. Protestas, insultos, empujones, desplantes y gestitos provocadores forman parte de su repertorio, por lo que no se recuerda cuándo fue el último partido en el que no protagonizó ninguna trifulca. También sería deseable que a los cuatro tarados que sí profieren barbaridades del tipo ‘negro de mierda’ o ‘mono’ siempre fuesen identificados y detenidos, y se les expulsase de los estadios de fútbol, además de aplicárseles las penas o sanciones que estén tipificadas penalmente por sus acciones.

Pero lo que es injusto es demonizar al fútbol español acusándole en su conjunto de racista, o como hicieron Vinicius y el campechano de su entrenador tras el bochorno vivido en Mestalla al tildar también de racista a todo el público valenciano, aunque después se apresuraron a matizar sus acusaciones. Y es que una prueba de esto es que, como se repite día sí y día también, en el once titular del Madrid figuran seis o siete jugadores de raza negra, como él, sin que ninguno de ellos haya tenido el más mínimo problema de índole racista en ningún campo.

Entre las medidas que puso en marcha la Federación para combatir la inventada “lacra del racismo que está instalado en nuestra sociedad” se juntaron las de actualizar los protocolos para agilizar las actuaciones contra episodios racistas, xenófobos o de odio, con la de pactar un partido amistoso con la Confederación Brasileña de Fútbol que sirviese para dar visibilidad al presunto problema. Como marco para la disputa de dicho partido se acordó que fuese en el Estadio Santiago Bernabéu, lo cual no dejó de tener su miga, ya que como había contado Paco Gento, leyenda del Real Madrid y presidente de honor de la institución merengue, el presidente que dio el nombre al estadio tenía toques racistas, al recordar que “Santiago Bernabéu no quería negros en el club, era un poco maniático”. Y también es verdad que en dicho estadio siempre camparon a sus anchas los Ultra Sur -grupo de ideología nazi, racista y xenófoba- teniendo incluso en sus instalaciones dependencias a sus disposición para guardar banderas, pancartas y otros materiales no considerados precisamente como de animación.

El evento tuvo una presentación sencillamente sonrojante, con una rueda de prensa en la que nuestro Nelson Mandela de Hacendado demostró ser mejor actor dramático que futbolista, lloriqueando y gimoteando mientras decía entre sollozos que cada vez tenía menos ganas de jugar al fútbol, algo que es falso de toda falsedad, a no ser que se haya puesto celoso viendo lo bien que trató Florentino Pérez a Ilia Topuria y esté pensado en pasarse a la UFC. Todo la actuación estaba guionizada y fue grabada por las cámaras de Netflix, en lo que será un capítulo más del documental que la plataforma de streaming está preparando y que, probablemente, se titule «Vinicius, el racismo y el coño de la Bernarda».

Por lo que se refiere al partido, se disputó tal y como estaba previsto, en un ambiente bullanguero, con los aficionado brasileños animando a la canarinha y con los aficionados españoles… pues animando también a la verdeamarela, llegando a silbarle incluso al capitán del combinado español; y también, tal y como estaba previsto, el amistoso acabó como el rosario de la aurora, protagonizado cómo no por nuestro insigne luchador por los derechos sociales de pacotilla, que desplegó ante un público entregado a la causa todo su repertorio de malos modos y bufadas, olvidándose de jugar al fútbol y demostrando, una vez más, que le falta mucho para entrar en el olimpo de los dioses futbolísticos. Durante el partido le hizo una llave de judo a Lamine Yamal, tuvo un rifirrafe con Laporte y se fue a por Morata cuando ya estaba el encuentro finalizado, organizándose una montonera como cierre de la velada contra el racismo. En resumen, sus estadísticas fueron cero goles, cero asistencias, cero regates, dos tanganas… ¡baila Vini, baila!

Para finalizar, solo quiero destacar que mucho más repugnante que el racismo, es su utilización para la promoción personal y para fines espurios, porque desde ese momento la lucha por la igualdad y la dignidad y la denuncia de cualquier tipo de discriminación pierde todo su sentido. Así es que ojalá que dejemos el nombre del bueno de Panenka solo para referirnos a la obra de arte que se inventó hace ya casi 50 años, y no tengamos que invocarlo para desacreditar la pelea por la consecución de un fin noble, por culpa de las ensoñaciones y los delirios de grandeza de un cabeza de chorlito. @Bajarlaalpasto

El Comité de Competición y Gil Manzano se ensañan con Lewandowski

«Si permaneces neutral en una situación de injusticia entonces estás del lado del opresor.» – Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz.

El Comité de Competición confirmó la tropelía iniciada en El Sadar por Gil Manzano, quien desde el minuto uno puso de su parte todo lo posible para que el Barça perdiese frente al Osasuna, y de esta forma el Madrid pudiese llegar como líder al parón mundialista.

Así, tras conceder un gol ilegal a los navarros, obsequió a los aficionados con otro de sus conciertos de silbato, con lo que consiguió, un partido más, desquiciar a los jugadores azulgranas, por su parcial interpretación del reglamento y su criterio a la hora de mostrar la tarjetas.

Y es que el currículum del chufletero de Don Benito está plagado de decisiones contrarias a los intereses del equipo culé, entre las cuales cabe destacar que posee un póker de jugadores expulsados difícil de igualar: Neymar, Luis Suárez, Messi y Lewandowski.

Pero si su actuación sobre el césped fue demencial, a la hora de redactar el acta del partido le dio una vuelta más al columpio, recreándose en la descripción del comportamiento de Lewandowski tras su expulsión, no limitándose a contar lo que todos vimos, sino entrando a valorar unos gestos del goleador polaco, como si fuese un experto en el lenguaje de signos, sabiendo las consecuencias que tendría en la resolución del Comité de Competición.

Y así, el mismo Comité que permitió hace unos días que Ancelotti se fuese de rositas tras acusar a un arbitro de inventarse un penalti, ahora ha sancionado al goleador azulgrana con tres partidos de suspensión por tocarse las narices mientras abandonaba el campo.

Tras esta ignomina, el FC Barcelona ha anunciado que recurrirá ante el Comité de Apelación -mismos perros con distintos collares- para rebajar el castigo. Muchos pensamos que ese es un paso que el club tiene que dar, pero que tendría que ir acompañado de una declaración pública denunciando el trato sufrido sistemáticamente por Gil Manzano, acompañado por un vídeo en el que se detallen sus sucesivas actuaciones prevaricadoras.

Por desgracia, no se hará nada de eso y, probablemente, Apelación rebaje un partido de sanción al jugador y aguantaremos hasta el próximo atraco, en el que nos volveremos a echar las manos a la cabeza mientras seguiremos tocando la pandereta. @Bajarlaalpasto

NOTA: Para que no haya ninguna duda con lo que quiero reflejar en el titular del post, recuerdo que la R.A.E. define ensañarse como ‘deleitarse en causar el mayor daño y dolor posibles a quien ya no está en condiciones de defenderse’. 

Todos jugamos a ser Luis Enrique

«Soy el mejor entrenador que hay en la faz de la tierra.» – Luis Enrique, seleccionador español.

Desde siempre a todo el mundo lo que más le gusta y de lo que más presume es de lo que tiene más cerca. Así la iglesia más bonita, la plaza más acogedora, la playa más limpia y los bares con más ambiente siempre son los que tenemos al lado de nuestra casa (y, aunque no sea cierto, lo defenderemos con vehemencia ante la gente de fuera). Por supuesto, la tortilla de nuestra abuela es la más rica y las fiestas de nuestro pueblo son las más divertidas. Incluso, en ese afán desmedido por proclamar lo de uno, hay quien ha llegado a afirmar que “nadie tira a una cabra desde un campanario con tanto arte como nosotros”.

Perich, el gran escritor y humorista gráfico catalán, argumentaba esta teoría de “nada como lo nuestro” contando la siguiente historia: “Cuando voy a la playa y un niño me tira arena no me hace ni pizca de gracia; por el contrario, cuando mi hija le tira arena a otros señores me parece muy divertido. Esto demuestra que mi hija tira la arena con más gracia que los otros niños”. Deducción tan lógica como desternillante.

Si este pensamiento lo trasladamos al mundo del fútbol, podemos comprobar que, en cualquier campo de España, cuando un jugador hace un control de balón sin caerse al suelo, o regatea a un rival aunque sea dándole con las canillas, es más que probable que al domingo siguiente haya alguna pancarta en el estadio exigiendo “Zutanito selección”.

Sin duda es una suerte tener al frente de la selección a un entrenador con experiencia y son sapiencia futbolística como Luis Enrique, que no se casa con nadie a la hora de hacer las convocatorias y que ha conseguido que la selección española no sea un cortijo, mangoneada por grupos mediáticos de presión al servicio de intereses espurios. Y es que, si en vez del asturiano estuviese algún paniaguado de los banquillos, seguro que a Qatar irían desde el tal Nacho hasta Ceballos, pasando por Cafucas Vázquez y – ¡por qué no! – Vallejonbauer.

Además nuestro seleccionador es capaz de abstraerse a los comentarios y sugerencias que le lanzan desde cualquier punto de nuestra geografía, porque, de hacerles caso, nos presentaríamos en el Mundial con un once que bien podría ser este: Edgar Badía; Nacho Vidal, Mingueza, Fali, Jaume Costa; Isi Palazón, Melero, Sergi Darder, Joan Jordán; Chimy Ávila, Hugo Duro.

Que sí, que entiendo que os estéis partiendo de risa porque lo que acabo de hacer no es más que eso, un chiste futbolero. @Bajarlaalpasto

 

La selección de Luis Enrique indigna a los mediocres

«La crítica convertida en sistema es la negación del conocimiento.» – Henry F. Amiel, escritor suizo.

El pasado viernes Luis Enrique hizo pública la lista formada por los 26 futbolistas que defenderán los colores de la selección española en el Mundial de Qatar. Como se esperaba, y ya antes de conocerse, muchos juntaletras tenían guardadas en la carpeta de borradores sus críticas y sus palos al seleccionador por no convocar a Zutano o a Perengano, según sus criterios mucho mejores que Fulano y Mengano.

Lo cierto es que vivimos en un país en el que todos tenemos alma de seleccionador y que, por ver partidos mientras tuiteamos sentados en el sofá de nuestra casa, nos creemos que sabemos más de fútbol que cualquier entrenador que lleve años dedicado a su profesión.

Por eso, el debate sobre los elegidos por Luis Enrique estaba servido y, como también se esperaba, el fuego amigo llegó desde la caverna madridista, quienes en una demostración sonrojante de hipocresía le exigen al seleccionador que lleve al Mundial a aquellos que no sirven para su querido equipo merengue. Y así, no entienden que se hayan quedado fuera de lista Sergio Ramos y un tal Nacho, cuando al primero no quisieron renovarle y le enseñaron la puerta de salida, y el segundo chupa banquillo partido sí y partido también, sin reconocer que el seleccionador ha llamado al 100% de los jugadores madridistas que juegan habitualmente en su club, como son Carvajal y Asensio.

Sobre el resto de las ausencias, la verdad es que el tema no da para mucho. Y es que si la única crítica a Luis Enrique es que no ha contado con Canales, Brais, Borja Iglesias o Iago Aspas (porque las bromas de Sergi Darder, Isi Palazón o Rafa Mir, son eso, bromas), quiere decir que el seleccionador ha acertado de pleno, ya que si bien esos cuatro son buenos futbolistas, tampoco estamos hablando de la reencarnación de Ardiles, Simonsen, Gerd Müller o Paolo Rossi.

Así es que, con los 26 futbolistas liderados por el seleccionador, España intentará, tras ser semifinalista en la última Eurocopa y finalista en la Nations League, seguir instalada en la élite del fútbol mundial, aún a costa del disgusto que se llevarían muchos repartidores de carnets de buenos y malos españoles. @Bajarlaalpasto

MÁSTER ACELERADO EN CRUYFFISMO

«Si yo hubiera querido que me entendieras, me habría explicado mucho mejor.» – Johan Cruyff, simplemente la personalidad más influyente en la historia del fútbol.

MÁSTER ACELERADO EN CRUYFFISMO

PROGRAMA ACADÉMICO: CURSO COMPLETO EN CUATRO TRIMESTRES

  • PRIMER TRIMESTRE:
  1.  Orígenes del Cruyffismo
  2.  El cruyffista, ¿nace o se hace?
  3.  Rinus Michels: el ideólogo
  4.  La importancia de la familia en el cruyffismo: testimonios de Jordi Cruyff, Danny Muller y Mariano Angoy
  5.  Introducción al juego de posición
  6.  El rondo I: ¿por qué?
  • SEGUNDO TRIMESTRE:
  1.  Cómo saber si soy cruyffista
  2.  Nociones de economía cruyffista: el dinero en el campo, no en el banco
  3.  Laureano Ruíz: ese gran desconocido
  4.  Del dorsal 9 al 14: manías y supersticiones
  5.  La búsqueda del tercer hombre y los triángulos holandeses
  6.  El rondo II: ¿para qué?
  • TERCER TRIMESTRE:
  1.  El cruyffismo como sustitutivo del sexo
  2.  Cruyffadas: los casos de Romerito, Lucendo y Sánchez Jara
  3.  Pep Guardiola: el alumno aventajado
  4.  Simbología del número 14
  5.  El ‘Dream Team’: ¿Mito o realidad?
  6.  El rondo III: ¿cómo?
  • CUARTO TRIMESTRE:
  1.  Cruyffistas low cost: de Juanma Lillo a Óscar Cano
  2.  Teoría sobre ‘El Entorno’
  3.  Quique Setién: el cruyffista incomprendido
  4.  Las 14 mejores frases de Cruyff
  5.  El cruyffista anónimo: cómo descubrirlo
  6.  El rondo IV: conclusiones finales

A LA FINALIZACIÓN DEL CURSO, MESA REDONDA:

LO QUE HA UNIDO CRUYFF QUE NO LO DESTRUYA UN MAL CULÉ”

PONENTES: Carles Rexach, Sandro Rosell, Louis Van Gaal y Jan Laporta.

Chenoa pone la banda sonora en la despedida de Piqué y Busquets

«Cuando tú vas, yo vengo de allí; Cuando yo voy, tú todavía estás aquí.» –  Chenoa, cantante española.

El despropósito de partido que disputó el Barça en el Camp Nou frente al Inter, teniendo en juego la clasificación para los octavos de final de la Champions League, y que finalizó con el equipo culé prácticamente fuera de la competición, tendría que servir también como despedida de Piqué y Busquets. Y es que nada más patético que seguir retrasando lo inevitable, como es que dos de la grandes leyendas de la historia del club ya no están para rendir al máximo nivel y están arrastrando al equipo en su caída.

Resulta muy duro ver como dos de los buques-insignia del equipo que maravilló al planeta fútbol no han sido capaces de darse cuenta de que deberían haber dado un paso a un lado, después de haber participado en todos los desastres europeos de las últimas temporadas, en vez de agarrarse como garrapatas a unos contratos desorbitados, fuera de mercado y alejados tanto de la realidad económica de la institución como de la deportiva de los protagonistas.

Por ello, por el bien del club y del prestigio de los propios jugadores, urge que se busque una solución, la menos traumática para las dos partes, porque no se puede consentir que dos leyendas como Piqué y Busquets sigan protagonizando la ruina tanto económica como deportiva del FC Barcelona.

Sin duda me gustaría que su despedida hubiese sido en tiempo y forma, acorde con la categoría de ambos futbolistas y en consonancia con su participación en la época más gloriosa del club. Y que en una gran fiesta ante un Camp Nou entregado hubiese sonado ‘We Are de Champions’ o ‘Gonna Fly Now’. Pero no ha sido así y, lamentablemente, quedarán para el recuerdo varias escenas en las que, dos de los han sido los mejores del mundo en sus posiciones, parecen dos pollos sin cabeza perdiendo la posición, corriendo sin sentido e interpretando mal las jugadas.

De ahí que en sus últimas actuaciones no hayamos escuchado de fondo a Freddie Mercury ni la banda sonora de Rocky, y lo único que viene a nuestros oídos son los gorgoritos de Chenoa cuando interpreta ‘cuando yo voy, tú todavía estás aquí’, como metáfora cruel de lo que es llegar tarde a todos los balones. Y cuidado porque puede que lo siguiente que suene sea la ‘Balada para una despedida’, del tristón de José Luis Perales con su ‘hoy estando buscando la mejor manera de decirte adiós…’. @Bajarlaalpasto

Guardiola pone en su sitio a los prostíbulos mediáticos

«El silencio de un hombre sabio es siempre significativo.» – Leo Strauss, filósofo político germano-estadounidense.

Hace unas semanas, con ocasión de la eliminatoria de cuartos de final de la Champions contra el Atleti de Simeone, Pep Guardiola se explayó en las intervenciones ante la prensa, contestando a todas las preguntas, hablando solo y mucho sobre fútbol y dando todo tipo de explicaciones. Por desgracia, para lo único que le sirvió fue para que la caverna, con el apoyo complaciente del Cholo, tergiversase sus declaraciones, sacando incluso palabras sueltas de contexto, para atacarle tal y como vienen haciendo desde los lejanos tiempos en los que entrenaba al Barça. Vamos, casi desde la prehistoria 😉

Ahora, tras la victoria del City sobre el Real Madrid (4-3) en el partido de ida de semifinales de la misma competición (sí, resalto lo de victoria del City, porque leyendo y escuchando a los trompeteros de la caverna parece que el Madrid arrasó en el Ethiad) se vivió un nuevo episodio del bochornoso trato que los medios españoles le dan a Pep Guardiola. En esta ocasión, el míster citizen no entró al trapo que le ofrecía el reporterete de turno, trabajador de la plataforma que retransmite el partido y que al mismo tiempo patrocina a uno de los equipos, al que liquidó con un par de frases hechas, unos monosílabos y unas obviedades sin ninguna chicha, mientras le miraba con cara de estar muy atento a la soplapollez que le iba a preguntar.

Por supuesto, al acabar una de las entrevistas más intrascendente de la historia del periodismo, los medios capitalinos saltaron todos a una, como si todos al mismo tiempo hubiesen recibido la misma instrucción (cosa que no se descarta). Y es que les da igual que Guardiola hable o no hable porque el relato ya lo tienen escrito (al dictado, por supuesto) y no tienen ningún interés en hablar con él sobre fútbol, tácticas, cambios, sistemas. Solo buscan un titular morboso para dejarle en evidencia, mientras se pasan por la entrepierna el código deontológico de la -en otros tiempos- prestigiosa profesión de periodista.

En un país de mediocres, en el que hace tiempo que la opinión publicada ha engullido a la opinión pública (diferencia que le escuche hace años a Felipe González), el mundo del pseudoperiodismo deportivo-futbolero se nutre de (des)informaciones interesadas que traslada a sus consumidores aborregados en forma de alfalfa a través de panfletos que no sirven ni para limpiarse las cachas y de programas radiofónicos y televisivos de dudoso gusto, donde prima el espectáculo y el show. Por eso cuando en ese páramo aparece un triunfador se le atiza sin piedad. Y si, a mayores, el susodicho es una persona con criterio e ideas propias al margen del pensamiento único, ya pasa a ser un sospechoso habitual. Por todo eso, la mugre odia a Pep. @Bajarlaalpasto