«Disfruté de lo único que se me daba bien, jugar al fútbol y beber cerveza.» – Matt Le Tissier, futbolista británico.
Acabo de leer que es el cumpleaños de Matt Le Tissier (ya 52 castañas, ¡cómo se nos escapa el tiempo), sin duda uno de los futbolistas más talentosos que ha habitado el planeta fútbol, y uno de los pocos que optó por desarrollar su carrera profesional en su equipo de toda la vida, rechazando ofertas multimillonarias de los grandes clubes británicos y de más de uno de fuera de las Islas, como la Juve o el Mónaco, justificándolo con afirmaciones como “jugar en los mejores clubes es un bonito reto, pero hay un reto mucho más difícil. Jugar contra ellos y ganarles. Yo me dedico a eso.»
Y es que el bueno de Matt fue el último de los románticos del balón, un jugador que llegó a declarar que «pude cambiar de camiseta muchas veces, pero no tengo remordimientos. Dicen que soy un romántico, pero los que dicen eso no ven la cara de los niños de esta ciudad, que son felices cuando me piden autógrafos.»
Para recordar lo que fue su carrera luciendo el ‘7’ del Southampton, un club pequeño de una ciudad del sur de Inglaterra, nada mejor que volver a leer el artículo «En el país de Dios, Le Tissier», firmado por Rubén Uría. Y para acabar de entender porqué en su club de toda la vida le bautizaron como ‘Le God’ (el Dios) nada mejor que ver sus goles y sus jugadas de fantasía.
Para quien quiera conocer más en profundidad a Le God, nada mejor que ponerse cómodos y ver sin pestañear «La historia de Matt Le Tissier» : parte I y parte II
En este mundo del fútbol, cada vez más mercantilizado y entregado a espurios intereses económicos por encima de los deportivos, de vez en cuando hay que pararse y disfrutar de locos maravillosos, como Garrincha o Le Tissier, futbolistas que solo rindieron pleitesía al balón y a los aficionados. @Bajarlaalpasto1