«Cuando él estaba allí, el campo de juego era un picadero de circo, la pelota un bicho amaestrado, el partido, una invitación a la fiesta.» – Eduardo Galeano, periodista y escritor uruguayo.
Hace unos días, sin saber por qué, me acordé de Garrincha, un futbolista al que siempre admiré sin haberlo visto más que en algunas imágenes de mala calidad de la época y haber leído muchas historias sobre su vida. El crack brasileño – del que Eduardo Galeano en su libro ‘El fútbol a sol y sombra’ escribió «nunca hubo un puntero derecho como él» – formó parte de la que pasa por ser la mejor delantera de la historia del fútbol y que uno repite de carrerilla: Garrincha, Didí, Vavá, Pelé y Zagallo.
Ese día compartí en mis redes sociales un vídeo fantástico con algunas de sus jugadas, acompañadas de su historia contada y cantada por el cantautor uruguayo Alfredo Zitarrosa, y un post publicado en el blog ‘Fútbol-Táctico’ firmado por Héctor García, en el que se resume de forma muy amena su azarosa vida deportiva y personal.
El motivo de este post no es otro que recordar a uno de los mayores genios del planeta fútbol, y recomendaros a los muy futboleros que conozcáis y os acerquéis a la figura de Garrincha, porque como dice el maestro Galeano cuando él estaba allí, el campo de juego era un picadero de circo; la pelota, un bicho amaestrado; el partido, una invitación a la fiesta. @Bajarlaalpasto
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