No creo que nadie tenga dudas de que uno de los grandes protagonistas de los últimos veinte años de la historia del fútbol español y europeo ha sido el R.C. Deportivo de La Coruña. El club coruñés, presidido durante ese tiempo por Augusto César Lendoiro, consiguió unos espectaculares resultados deportivos, nunca alcanzados por un equipo de ese nivel, representante de una ciudad de 200.000 habitantes.
Y no sólo me refiero a los títulos conseguidos (una Liga, dos Copas del Rey, tres Supercopas de España…), sino al haber estado tantos años seguidos demostrando una regularidad insultante, finalizando durante varios años entre los tres primeros clasificados de la liga española (conocida por el pomposo nombre de “la mejor liga del mundo”), y clasificándose una año sí y al siguiente también, para disputar la Champions League, el torneo de clubes más prestigioso a nivel mundial.
El artífice de este éxito a nivel deportivo fue Lendoiro, quien demostró que sabía moverse como nadie en el pantanoso mundo del fútbol, por lo que consiguió que los coruñeses disfrutásemos en el césped de Riazor de muchos de los mejores jugadores de esos años, como Bebeto, Mauro Silva, Rivaldo, Fran, Mackay, Djukic… Para conseguirlo tuvo que enfrentarse con el poder establecido, y así se convirtió en el verso suelto e incómodo, que era recibido con suspicacias en todos los estamentos del fútbol español porque jamás estuvo dispuesto a tragarse sapos y culebras, en temas tan espinosos como derechos de televisión, horarios, calendarios, préstamo de jugadores internacionales…
Por otra parte, sería de necios negar que para conseguir todos esos resultados deportivos el club, en los años de bonanza económica, vivió por encima de sus posibilidades, siendo un fiel reflejo de lo que también sucedía en el resto de empresas y familias españolas. Y, por supuesto, si tanto empresas como particulares están afrontando como buenamente pueden la deuda generada, con más motivo no puede eximirse a una institución deportiva como el Deportivo del escrupuloso cumplimiento de sus obligaciones tanto con la Agencia Tributaria como con la Seguridad Social.
A día de hoy el club tiene las cuentas embargadas, por lo que cualquier ingreso que se produzca en la situación actual irá íntegramente para la hacienda pública. Lo curioso es que si, como parece que va a ser inevitable, Lendoiro toma la decisión de que el club entre en concurso de acreedores, los ingresos fututos, como los derechos televisivos que se abonarán a principios de años, serán para las arcas blanquiazules. La resolución no podrá demorarse durante mucho tiempo y el presidente deberá tomar una decisión en los próximos días, aunque su idea sigue siendo negociar con la AEAT, estableciendo unos plazos más largos para ir abonando las cantidades adeudadas y así conseguir regularizar su situación.
Si comencé el artículo recordando lo que fue, sin duda, un milagro en lo deportivo, ahora los aficionados deportivistas aguardamos con impaciencia que Lendoiro sea capaz de protagonizar un segundo milagro, esta vez económico. El Depor es una parte importantísima dentro de nuestra querida ciudad, y entre todos tenemos que conseguir alejar el fantasma de la desaparición porque eso sí que tendría unas terribles consecuencias para La Coruña.
Por ello, desde Bajarla al pasto nos sumamos al llamamiento para que administraciones, instituciones, medios de comunicación, aficionados y peñas rememos todos juntos en una única dirección con el objetivo común de poder seguir presumiendo todas las semanas del grito ¡FORZA DEPOR!
San Sebastián tiene 185.000 habitantes y 2 ligas en los 80.
Dos ligas que disfrutamos todos los aficionados al fútbol, porque siempre es positivo que haya equipos que le hagan frente a los dos todopoderosos. Lo malo es que, a día de hoy, parece imposibla que aparezca un tercer equipo capaz de pelear por el título de liga.
Gracias por participar con tu comentario, un saludo!
El Dépor compitió con los grandes en una época más complicada, en la que había mucha mayor diferencia de partida, tanto en lo económico como en lo deportivo. El Dépor pasó casi sin solución de continuidad de estar a un paso de 2ª B y de la desaparición a luchar por títulos de primer nivel. El Dépor mantuvo un altísimo nivel competitivo durante más de una década en todos los frentes. No se puede comparar la tradición canterana y el potencial del fútbol vasco de los 80 con la situación de A Coruña y Galicia en los 90. Gran mérito el de la Real, pero lo del Dépor no tiene precedentes.
Y, por cierto, los equipos no se miden por los habitantes de sus ciudades, sino por lo que tienen detrás en cuanto a cantera, inversores, e incluso, en este sentido, el potencial económico que subyace detrás. Tanto Donosti como Guipúzcoa, que es un territorio muy pequeño y por tanto difícilmente desligable de su capital, eran y son muy potentes económicamente.
Alex, me gusta mucho tu artículo y quiero felicitarte por tan interesante exposición del asunto. Forza Dépor y Viva La Coruña
¡Muchas gracias! También quiero felicitarte a tí por el trabajo que estás haciendo a través de http://www.fedellando.com publicando artículos de grandes deportivistas.
¡Forza Depor!
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Todos recordamos a aquel super depor con os Bebeto, Mauro Silva, Djukick, aquel penalti fallado(que a los cules nos dio un alegron pero que fue muy injusto). Y es posible que vivieran por encima de las posibilidades, pero era logico teniendo en cuenta lo que se podia conseguir.
Fue un poco el equipo de todos. Y valio la pena disfrutar aquella eopoca aunque ahora la cosa este muy complicada.
Animo y aupa depor.
http://unblogmuycule.blogspot.com.es/2012/11/los-100-partidos-de-mou.html
La frase «fue un poco el equipo de todos» que, como tú, sintieron muchos aficionados al fútbol, fue el gran éxito del Depor, además de los títulos conseguidos. La verdad es que los años de fútbol que vivimos en La Coruña permanecerán para siempre en la memoria de los aficionados.
Gracias por participar con tu comentario, un saludo!
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