El pasado sábado tuve la ocación de acudir a un palco del Estadio de Riazor a ver el partido que disputaron Depor-Alavés. El encuentro tenía la emoción de comprobar si el Depor sería capaz de derrotar al equipo vitoriano para encaramarse en la primera posición de la segunda división.
El partido en sí no fue de gran calidad futbolística, si bien durante una hora el cuadro blanquiazul apenas pasó apuros, disfrutando desde el inicio de la segunda parte de un cómodo 2-0 que, aparentemente garantizaba la victoria. Pero a una jugada de las consideradas tontas, que acabó con un corner regalado al contrario, siguió la señalización de un penalti de los que no se pitan, lo que provocó que la última media hora la pasásemos sufriendo por lo ajustado del resultado. Al final, ya se sabe que lo difícil se disfruta más, por lo que en cuanto el árbitro pitó la conclusión del partido Riazor estalló en un grito celebrando un liderato que mantiene al Depor en la senda del ascenso.
Pero lo realmente importante del partido se coció en el palco que tuve el placer de compartir con mi buen amigo Fede G. Poncet, acompañados por otros grandes deportivistas como Tuto Pérez Cepeda, Arthús, Fernando Blanco o Arturo López Petinal. Como no podría ser de otra forma, el único tema de conversación fue el fútbol y, más concretamente, la situación deportiva del RCD. Es cierto que en algún momento se planteó algún comentario sobre las elecciones y sobre la situación administrativa de la institución blanquiazul, pero lo que de verdad nos preocupaba en esos momentos era conseguir los tres puntos.
En la tertulia del descanso, se planteó la necesidad de reforzar la plantilla en el mercado de invierno, ya que la temporada es muy larga y hay más de un puesto que está muy limitado de efectivos. Aunque prácticamente todos estábamos de acuerdo, hubo quien afirmó con ciertas dosis de razón que «si nos quejamos nosotros, imaginaros lo que dirán el resto», ya que llegamos a la conclusión de que este año todas las plantillas de segunda división están con lo justo, y es por lo que hasta ahora ningún equipo ha demostrado nada del otro mundo.
En lo que sí que hubo unanimidad fue en destacar que, para manejarse bien por esta categoría, es fundamental contar con jugadores con oficio, y en eso el Depor puede presumir de contar con Lux, Marchena y Culio, tres pilares destinados a marcar diferencias. Junto a ellos, destaca Insua creciendo a un ritmo espectacular, Bergantiños aguantando y ayudando en defensa, Luisinho adueñándose de la banda izquierda, Juan Domínguez aportando calidad aunque sea con cuentagotas y unos puntas que, poco a poco, van sumando goles que proporcionan victorias importantes. En el banquillo Fernando Vázquez ha consolidado un bloque muy fuerte defensivamente, y en ataque va cambiando de sistemas intentado que el equipo sea más profundo y tenga más presencia en el área rival.
De la parte administrativa, judicial y electoral nos ocuparemos en otro momento. Ahora disfrutemos del liderato porque lo que sí que todos los deportivistas tenemos claro es que cualquier solución de continuidad de o noso Depor pasa por conseguir el ascenso a primera división. ¡FORZA DEPOR!