Tras 25 años con Lendoiro al frente del Real Club Deportivo de La Coruña, ha llegado el momento de que se celebren unas elecciones en la que los accionistas decidirán con sus votos quién será el encargado de presidir al RCD en los próximos años.
Hay que recordar que la llegada de Lendoiro a la presidencia del Depor en el año 1988 se produjo en un momento delicadísimo tanto deportiva como económicamente, con el equipo flirteando con el descenso a Segunda B y con una deuda redondeada en los 500 millones de pesetas. Pues bien, resulta curioso que tras unos intensos 25 años en los que se pasó de evitar el descenso a las catacumbas y de ascender a primera división, el club no solo se consolidó en la élite del fútbol español, consiguiendo una Liga, dos Copas del Rey y tres Supercopas de España, sino que también desafió a todos los trasatlánticos del fútbol europeo, disputando asiduamente la Champions League, llegando incluso a jugar una semifinal, además de profanar santuarios del fútbol mundial como el Santiago Bernabéu, el Camp Nou, Old Trafford, San Siro, el Parque de los Príncipes, Highbury o el Olímpico de Munich… para volver ahora después de un cuarto de siglo casi casi al punto de partida, por no decir a una situación todavía más dramática.
Un desastroso balance económico provocado por una nefasta y disparatada gestión ha llevado al club al borde de la desaparición, y a tener que acogerse a la ley concursal para evitar colgar del cartel de «cerrado por derribo», haciéndose cargo de la institución unos administradores concursales que son quienes toman las decisiones de caja. En principio, el final de esta situación se producirá en el mes de enero, que es el plazo para la firma del convenio con los acreedores, para lo que se precisa que antes se hayan celebrado las elecciones y que sea el nuevo presidente el que firme dicho convenio.
Iniciado el proceso electoral, ya se han presentado dos candidaturas: la primera, en orden cronológico, encabezada por el empresario Francisco Zas, y la segunda por el abogado Germán Rodríguez Conchado, estando a la espera de que Lendoiro confirme sus intenciones.
Paco Zas se ha lanzado al césped con un equipo formado por profesionales en el mundo de la empresa, el derecho y la economía, todos ellos con un perfil muy técnico y muy bien considerados en sus respectivas profesiones. Ha hablado sobre negociar el convenio, pagar la deuda y darle al club una estabilidad y una solvencia económica dejando para más adelante plantearse la situación deportiva, ya que tampoco considera un drama un posible descenso de categoría. A nivel de rumores de barra de bar, suenan Nando o José Ramón para hacerse cargo de la dirección deportiva en caso de ser elegido presidente.
Por su parte, Germán Rodríguez Conchado, acompañado por un equipo poco mediático, se ha postulado para capitanear al Depor durante los próximos tres años, en los que intentará conseguir que, según sus palabras, un caballo blanco se haga cargo del club poniendo dinero. En principio llama la atención que él, que ha trabajado al lado de Lendoiro durante muchos de estos 25 años, habla de la situación actual como si no tuviese nada que ver en muchas de las decisiones que han desembocado en este caos. Pero es cierto que, por eso mismo, tiene a su favor un conocimiento más aproximado de la situación real.
Hasta el momento, lo que más me ha sorprendido es que ninguno de los dos ha sacado ningún conejo de la chistera, en forma de intentar ilusionar a los aficionados con alguna propuesta deportiva atractiva. En principio, se puede considerar un ejercicio de la responsabilidad ya que no se les ha calentado la boca prometiendo imposibles. Pero digo que me ha sorprendido y me explico. Una cosa es realizar una declaración de intenciones desde un punto de vista económico y jurídico sobre la situación real del club y otra muy distinta es ganar unas elecciones. Insisto, aunque parece una perogrullada, en que ya pueden tener muy buenas ideas para salvar al Deportivo que, como no ganen las elecciones, se quedarán sin poder aplicarlas. Y más en el mundo del fútbol, donde ya sabemos que lo que mueve a los socios son los sentimientos y las ganas de ver ganar a su equipo.
Con esto lo que quiero decir es que el candidato que consiga presentar como parte de su equipo a un personaje ilustre, como Mauro Silva o Fran (por decir dos de los más representativos para el deportivismo), tendrá ganado un porcentaje muy alto de los votos, lo que puede hacerle ganar las elecciones para después poder desplegar su plan de viabilidad y de regeneración del RCD.
Otros candidatos que han sonado hasta el momento, como Rodríguez Cebrián, ya se han autodescartado de la lucha electoral, por lo que solo falta que Lendoiro termine de deshojar la margarita. Estaremos atentos a los movimientos que se vayan produciendo, porque seguro que nos aguarda más de una sorpresa en función de las estrategias electorales de cada candidato.
Como alguna candidatura lleve a Fran, ya puede retirarse porque no le vota ni Santi Rey casi.
Jajaja, vale, puedo estar de acuerdo con tu comentario. Lo que quería decir es que el candidato que presente un proyecto deportivo amparado en algún exjugador con cierto carisma tendrá mucho ganado. Dije Mauro o Fran como podría haber dicho Donato o Lasarte.