Ser portero del Barça debería ser considerado como una profesión de riesgo. Además de parar – que siempre seguirá siendo la labor principal de un portero -, al portero del Barça se le exige sacar el balón jugado con el pie para salvar la primera línea de presión de los rivales, con la intención de crear superioridades ya desde el inicio de la jugada. Y eso es muy complicado, por eso no sirve cualquier supuesto buen portero para jugar en este equipo. Se necesita un plus de calidad y de personalidad.
Podemos estar tres días discutiendo sobre la conveniencia o no de esta opción táctica. Lo cierto es que si algo distingue al Barça es su apuesta irrenunciable por el balón, a costa de asumir riesgos que en ocasiones provocan errores que han supuesto la pérdida de puntos y seguro que también la de algún título (recuerdo un regate fallido de Valdés ante Di María en una final de Supercopa). Pero es indiscutible que la apuesta por este estilo es lo que ha llevado al FC Barcelona a ganarlo todo y a convertirse en un referente del fútbol mundial.
¿Ter Stegen se equivocó en Balaídos intentando una frivolidad en plena remontada? ¡Por supuesto!, y habrá que tirarle de las orejitas cuando, además, tenía otras opciones más fáciles para sacar igualmente el balón jugado. Ahora bien, si lo vais a crucificar por ese error – o por ese y por alguno más que seguro que ha cometido – no contéis conmigo. Y es más, si en el próximo partido el alemán tiene como opciones para jugar el balón sacarlo de rabona o al patadón, espero que elija la primera. ¡Esto es el Barça, amigos culés! @Bajarlaalpasto