Su Florentineza quiso reírse de los gallegos… pobriño

florentino_ingeniero_efe_abEl presidente del Real Madrid Florentino Pérez es de formación académica Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, aunque en su profesión siempre fue conocido por no haberse manchado nunca los zapatos visitando una obra, porque lo suyo siempre ha sido más pisar moqueta. También pasó por el mundo de la política, siendo en tiempos de UCD concejal del Ayuntamiento de Madrid y ocupando también algún cargo relevante en la Administración Central. Su carrera como salvador de la patria finalizó bruscamente cuando se embarcó en el proyecto del Partido Reformista Democrático que fue literalmente barrido en las elecciones generales de 1986. En ese momento fue cuando vio la luz y se dio cuenta que ni centrista ni reformista, y que si quería mandar en este país el único –ista que valía era hacerse madridista.

Con Florentino Pérez, el palco del Bernabéu es el equivalente a las cacerías del Caudillo.

Así, tras una carrera empresarial plagada de éxitos que a día de hoy todavía continúa – porque quién carallo se va a enfadar por un quítame allá unas radiales, o unas autopistas, o una desaladora, o Castor, o el túnel de Pertus… coño, ¡o el AVE a Galicia que lo paraliza si no ponen más pasta! – Florentino Pérez llegó al Real Madrid con el propósito de reverdecer los viejos éxitos deportivos del club – como las famosas ánforas, conocidas también como los botijos del tío Paco -, así como con la fijación de aprovechar el palco del Bernabéu para tejer una red clientelar a partir de la cual influir en la vida económica, social, política, empresarial, financiera y hasta judicial del país, al estilo de las famosas cacerías que se organizaban en la época de Franco. Si en su primera intención el éxito ha sido relativo, en la segunda sí que ha triunfado, convirtiéndose sin duda en el Visir de Chamartín.

Y es que no hay más que ver las alineaciones de gala que presenta el palco, partido sí y partido también, con políticos, jueces, directores de medios de comunicación, empresarios… Y por eso desde todas las instancias se pasa de puntillas para no molestar siempre que algún escándalo salpica a la Casa Blanca, ya sean los casos Bankia, Púnica, Gürtel – ¡menudos deslenguados Correa y Bárcenas! – o esa chufla periodística llamada Football Leaks, sobre la cual a un juez le faltó tiempo para silenciarla. Es lo que @fiscalBernabeu llama el #CanapéPower, que es como se sellan los pactos del palco entre copa y copa… y no del Rey precisamente, sino de Möet & Chandon.

Para Su Florentineza y su caverna era más importante un partido que la seguridad.

Por todo eso el madridismo – no todo, solo el más rancio, el de la caspa y el olor a naftalina -, acostumbrado a campar a sus anchas y a pisotear como a un gusano a quien osa ponerse por delante, se ha tomado tan mal que en la última jornada de liga se hubiese aplazado el partido que su equipo tenía que disputar en Vigo porque un alcalducho de provincias dijo que era peligroso jugar en un estadio, por el simple hecho de que las cubiertas salían volando por efecto del temporal que atravesó Galicia durante tres días… “¡Pues que las arreglen, coño!”, vociferaron desde la capital. Como si arreglar el voladizo de un estadio fuese tan fácil como arreglar unos retretes o colocar una portería… que parece que no os estoy diciendo nada y os lo estoy diciendo todo.

Lo más curioso es que un día antes también se decidió aplazar en La Coruña por el mismo motivo el partido que debían disputar el Deportivo y el Betis, ya que las cubiertas de Riazor salieron volando porque la empresa que tenía que haber ejecutado las obras hace un par de años renunció a hacerlo; al final el Ayuntamiento rescindió el contrato y ahora tendrá que iniciarse una nueva licitación, con lo que se espera que en 2020 el estadio coruñés luzca esplendoroso. ¿Y sabéis el nombre de la empresa que no ejecutó la obra que le había sido adjudicada? Dragados. ¿Y quién manda en Dragados? Pues eso.

Y para completar el cuadro, les faltó tiempo a los palanganeros del Visir para salir en tromba y demostrar un compendio de conocimientos de ingeniería, de arquitectura, de meteorología y de seguridad laboral solo al alcance de mentes privilegiadas. Sin duda Su Florentineza debe estar contento, porque ninguno de sus mamporreros de cámara le falló y todos se rebozaron en el lodazal y desprestigiaron un poco más sus ya de por sí mediocres carreras profesionales, demostrando carecer de lo que en mi tierra llamamos sentidiño. Pero no pasa nada, seguro que toda esa patulea de mediocres que han convertido al periodismo deportivo en periodismo prostituido les compensa cuando van al cajero,  ven el saldo de sus cuentas y piensan: “Larga vida a Su Florentineza”. @Bajarlaalpasto