Un verano más con la misma cantinela: un jugador que filtra que se quiere ir aunque declara que se quiere quedar, su club que no le quiere dejar marchar si no es a cambio del pago de la cláusula, y varios carroñeros que acuden ráudos a intentar sacar tajada de la situación.
Y esto es lo que ha pasado con Pedro. El delantero quiere jugar más minutos y, ante la dificultad que eso supone en el Barça al estar detrás de Messi-Suárez-Neymar, se deja querer por otros clubes. Al mismo tiempo, su entrenador manifiesta que cuenta con él y que no quiere que se marche, por lo que la directiva toma la única decisión posible: Pedro se queda a no ser que quien lo quiera pague su cláusula de rescisión de contrato. Así de simple.
Lo ideal hubiese sido que esta situación se hubiese arreglado a principios de la pretemporada, porque así Luis Enrique ya sabría si contaba con Pedro o no. Hasta el momento al jugador se le ha visto nervioso y precipitado sobre el campo, seguramente por la inquietud que le provoca esta situación. Quiere jugar, cree que merece más minutos… pero quien supuestamente se los va a dar tampoco está dispuesto a solar la pasta.
Resumiendo, que si cualquiera de los Manchester – United y City – realmente quiere fichar a Pedro, que pongan 30 millones de euros encima de la mesa y el canario hará las maletas. Ahora parece que también el Chelsea de Mourinho se interesa por el jugador, con lo que parece que el ‘Pedrogate’ continuará…