¡Por favor, no adulteren la competición!

aficiónEn una temporada tan larga y tan competitiva y en la que se entrecruzan varias competiciones, está claro que todos los equipos pasan por diversos momentos de forma, marcados también por las lesiones y la necesaria dosificación del esfuerzo de los jugadores, así como por las distintas aportaciones a las respectivas selecciones nacionales.

El problema que genera esta situación es cuando, en los momentos decisivos de las competiciones, los objetivos de los clubes no son los mismos por lo que puede producirse una confrontación de intereses. Y esto se ha visto en la última jornada de liga, en la que tanto Barça como Real Madrid hicieron varias rotaciones para afrontar con garantías sus partidos de Champions de esta semana, descuidando los enfrentamientos de liga, lo que produjo la extraña situación de que ninguno de los dos pasase del empate ante dos candidatos al descenso de categoría, como son Celta y Zaragoza, respectivamente.

El gran damnificado con esos dos inesperados resultados fue el Depor que vio con disgusto como dos de sus rivales en la pelea por la permanencia sumaban un punto con el que, a priori, no contaban. Los aficionados deportivistas todavía tienen fresca en la memoria la jornada 34 de la liga 2010/2011 en la que, en parecidas circunstancias, el Barça perdió 2-1 en Anoeta y el Zaragoza se llevó tres puntos del Santiago Bernabéu (2-3), lo que dejó al equipo coruñés en una situación muy delicada que acabó acarreándole la pérdida de categoría tras haber sumado 43 puntos, cifra que en condiciones normales garantiza la salvación.

Pero así como Mourinho hace unas temporadas demonizó al bueno de Manolo Preciado por, según él, alinear en el Camp Nou a un Sporting plagado de suplentes y regalarle el partido al Barça, él no tuvo el más mínimo pudor en alinear en la Romareda un doble pivote formado por Essien-Modric, flanqueados por Kaká y Callejón, en lo que bien podía ser un síntoma inequívoco de adulteración de la competición. Por su parte el Barça se presentó en Balaídos con jóvenes jugadores, como Tello, Bartrá, Montoya o un Thiago que se está estancando, y estuvo lejos de dar su mejor versión.

Entendiendo que los dos grandes den ya la liga por finalizada y que centren sus esfuerzos en alcanzar más altas metas, esperemos que, por la pureza de la competición, salgan a disputar los partidos que les quedan de aquí a final de temporada y que demuestren su verdadera grandeza siendo profesionales, no regalando puntos a ningún equipo para que la clasificación final sea lo más justa posible.