Después del empate que reflejó el marcador al final del último clásico, podemos afirmar, utilizando el título de una famosa canción de Julio Iglesias, que la vida (la liga) sigue igual. Por cierto, recordar que Julio Iglesias jugó como portero en las categorías inferiores del Real Madrid, antes de cambiar el cantar bajo palos por cantar sobre un escenario.
Y es que, tras siete jornadas de competición, el equipo merengue ha sido incapaz de reducir la distancia que le separa del Barça (y, ahora también, del Atleti) y sigue estando en puestos de Europa League a ocho puntos del liderato y a solo un partido (tres puntos) del puesto 16º de la clasificación, ocupado por el Athletic. Ayer durante la primera media hora nos hizo creer que salía decido a por el partido, pero fue un espejismo, ya que tras el gol del empate conseguido por Messi, se echó atrás y volvió a ser el equipo timorato que prefirió asegurar un empate antes que ir decididamente a por el partido hasta el minuto noventa.
El Barça, por su parte, salió condicionado por las bajas de sus centrales e intentó hacer de la posesión su mejor arma defensiva. Así, tras el buen inicio del Madrid, consiguió tener el control del partido y llegó al final del mismo con más opciones de conseguir la victoria que su rival, lo que hubiese dejado la liga sentenciada (si es que ya no lo está). Un disparo de Montoya al larguero y un latigazo de Pedro que no cogió portería pudieron hacer que esta edición de la liga fuese la más corta de la historia.
En el bando madridista destacó el trabajo de Xabi Alonso (con el lunar de la cantidad de faltas que comete), la clarividencia de Özil y el oportunismo de Cristiano. Por parte barcelonista, el compromiso de Mascherano, la pausa de Xavi y las apariciones como fogonazos de Messi.
Entre las decepciones, un Benzemá ausente acompañado por un intrascendente Di María, y un espeso Busquets que no fue capaz de conectar con un desubicado Cesc.
Lo cierto es que falta mucha liga y que son muchos puntos los que quedan por disputarse; pero no se puede negar que el Barça cuenta con una ventaja que tiene que saber administrar, mientras que el Real Madrid sabe perfectamente que no puede permitirse el lujo de cometer ningún fallo más. Y, por el bien de la competición, esperemos que siga la lucha entre los dos grandes y que el sorprendente Atleti aguante el tirón, y sea capaz de meterse en la disputa del campeonato.