El episodio vivido el pasado sábado en las instalaciones del estadio Santiago Bernabéu a la conclusión de la rueda de prensa de Mourinho, es el último síntoma del estado de desprestigio al que ha llegado la institución blanca, tras la permanente dejadez de funciones por parte de su Presidente. Casualmente, ese día por la mañana en un acto con los socios más veteranos, Florentino Pérez volvió a bajarse los pantaloncitos por la media pierna para trasmitirle a the special one su cariño.
Esa misma tarde, al finalizar la rueda prensa previa al partido contra el Espanyol, el periodista de Radio Marca, Antón Meana, fue invitado por un empleado del club a entrar en una sala contigua en la que Mou, acompañado por cinco subordinados, le interrogó para pedirle explicaciones sobre una información que había dado en antena, exigiéndole que revelase quienes habían sido sus fuentes. El míster, en tono nervioso, llegó a reconocer que “en el vestuario hay tres ovejas negras que joden al grupo”, por lo que desde ese momento, y al no facilitar los nombres, dejó como sospechosos del supuesto chivatazo a todos los jugadores de la primera plantilla.
Entre otras lindezas, le espetó al periodista “a mí me han dicho que eres un hijo de puta, pero yo, en vez de creérmelo, pienso en otra cosa”, copiando el estilo de cuando declara “queréis que diga que el árbitro ha estado mal, pero no lo voy a decir”; o sea, tratando a la prensa, una vez más, por cortos de entendederas.
A mayores, y siguiendo en ese tono patibulario que tan bien domina, llegó a decirle a Meana “tú eres un periodista de mierda mientras que yo soy un entrenador TOP”, finalizando con una amenaza barriobajera como “mientras sea entrenador del Real Madrid te respetaré siempre, cuando deje de serlo, serás una persona más de la calle y entonces veremos…». Vamos, como cuando éramos pequeños y en el colegio resolvíamos nuestras diferencias con un “en el recreo te espero”.
Detalladas estas lindezas, podemos decir que para completar el tono mafioso y amenazante solo le faltó ordenarle a sus esbirros el clásico “hacer que parezca un accidente” o que el bueno de Antón Meana se despertase el domingo en su cama con una cabeza de caballo a su lado.
Este incidente fue corroborado, entre otros, por Antonio Muelas, periodista de RNE, quien escribió en su twitter “y para los incrédulos, los gritos a @antonmeana se escuchaban en la sala de prensa, repito gritos propios de una banda de macarras”.
Las redes sociales desde ese momento se convirtieron en un hervidero, convirtiéndose este altercado en trending topic durante todo el fin de semana. De entre todos los tuis leídos, me quedo con este de @FonsiLoaiza, un joven periodista andaluz, que escribió “el Real Madrid de Mourinho se parece al Estudiantes de Bilardo. Un equipo pandillero, matonil sin memoria y con Pepe como estandarte”.
Lo triste es que, hasta el momento, el Real Madrid no ha emitido un comunicado pidiendo disculpas al periodista increpado por sus empleados, ya que en esos momentos estaban representando al equipo merengue. Y, por increíble que parezca, la asociación de la prensa también se ha puesto de perfil, e incluso ha habido periodistas, o sea, compañeros de profesión de Meana, que han querido quitarle hierro al asunto, poniéndose del lado del entrenador. A estos sí que se les puede considerar, para vergüenza de su colectivo, periodistas de mierda.