El FC Barcelona salió herido de Wembley. Por muchos paños calientes que se quieran poner, un 4-0 ante un histórico europeo como el Liverpool hace daño, aunque se haya producido durante la disputa de un torneo veraniego de pretemporada. Es cierto que no han perdido ningún título ni los han eliminado de ninguna competición, pero si algo caracteriza a un club grande es dar siempre la cara, competir y, sobre todo, respetar a los muchos aficionados que en una tarde soleada de agosto organizaron sus planes para estar sentados frente a la televisión viendo al equipo de sus amores.
Un jugador que luzca la camiseta azulgrana tiene que tener claro que todos los partidos se disputan y que todos son importantes para mantener el prestigio del club. Con la camiseta del Barça no se juegan pachangas, ni partidos de solteros contra casados, ni retos de portales pares contra impares.
No quiero ponerme trágico ni catastrofista. Como comenté desde mi cuenta de twitter el pasado sábado por la tarde no estuve viendo el partido, pero aluciné con los comentarios que leía de grandes tuiteros culés y sigo pensando lo mismo: Pretemporada no es sinónimo de hacer el ridículo y que te baile el primero que aparece por la puerta; y vale que la pretemporada es para hacer pruebas y todo eso, pero es una vergüenza que te metan un meneo de ese nivel. @Bajarlaalpasto
Bajarla al pasto 