Y el Athletic fue superior

adurizTras la sonrojante derrota por 4-0 en el partido de ida de la final de la Supercopa de España disputado en San Mamés, el Barça necesitaba una remontada histórica para sumar el quinto título del año y así poder optar a conseguir su segundo sextete. Pero después de un inicio prometedor con dos ocasiones seguidas – remate fallido de Pedro y disparo de Piqué al larguero – el Athletic se fue acomodando en el campo viendo como el reloj corría a su favor.

El Barça salió con su equipo de gala, pero se notó en exceso que todavía estamos en agosto y ni las piernas ni la cabeza están su mejor momento. Para remontar hacía falta que el balón corriese rápido de un lado a otro, que los laterales y los interiores se incorporasen y llegasen por sorpresa a las posiciones de ataque, y que los puntas estuviesen especialmente inspirados. Y nada de esto sucedió, al menos hasta el filo del descanso, cuando una llegada de Mascherano rompió a la defensa bilbaína y permitió a Messi marcar y llevar la ilusión a la grada.

Pero la segunda parte comenzó sin grandes novedades y los hombres de Luis Enrique no eran capaces de generar ocasiones de peligro. Hasta que llegó la jugada que ya terminó de matar la final, como fue la expulsión de Piqué por dirigirse a un juez de línea protestando una acción anterior al grito de, según recogió el árbitro en el acta, ‘me cago en tu puta madre’.

A partir de ese momento, con un jugador menos unido al cansancio acumulado, el Barça bajó los brazos y el Athletic se estiró, lo que le permitió igualar el marcador con un tanto de Aduriz que se convirtió en el auténtico protagonista de la final. Impresionante el veterano ‘9’ rojiblanco.

En el cómputo global de los dos partidos el equipo Valverde fue superior, tanto en intensidad como en colocación sobre el campo, y en el primer encuentro supo aprovechar sus ventajas y sentenciar a un Barça blandito que dio la impresión de presentarse en San Mamés con la toalla y las chanclas de la playa.

Y así merecidamente el Athletic volvió a levantar un trofeo 31 años después, dejando además la sensación de que puede convertirse en la sorpresa de la liga.

Huele a remontada…

messi10Si algo ha demostrado este Barça es que los títulos no se regalan y se pelean hasta el último minuto. Y así han conseguido, hasta el momento, los cuatro que han disputado esta temporada. Es cierto que el partido de ida de la Supercopa de España disputado el pasado viernes en San Mamés fue un desastre; pero no es menos cierto que fue un castigo excesivo: primer gol desde el centro del campo, pérdidas absurdas en el segundo y el tercero, y penalti regalado en el cuarto. Quedó claro, por si había alguna duda, que en el deporte profesional nadie gana nada sin intensidad y sin concentración.

Es muy difícil que el equipo de Luis Enrique juegue peor que en el partido de ida. Se supone que habrá cambios en la alineación que presentará esta noche en el Camp Nou, y la de Bajarla al pasto es ésta:

Bravo; Alves, Piqué, Mascherano, Mathieu; Rakitic, Busquets, Iniesta; Messi, Luis Suárez, Rafinha.

La portería necesita un revulsivo tras encajar ocho goles en los dos últimos partidos; en defensa, los centrales suplentes no han aprovechado sus oportunidades y tanto ellos como Adriano se han mostrado muy blanditos; el centro del campo tiene que ser el de las grandes ocasiones para dominar el partido; y en punta tendrá que aparecer el Messi desequilibrante, ayudado por el trabajo y el olfato de Luis Suárez. Dejo para el final el cambio de Rafinha por Pedro: de entrada, un Rafinha con libertad de movimientos cerca del área podría ayudar a abrir la defensa del Athletic, y así facilitar huecos para las llegadas de Rakitic y generar espacios para Luis Suárez; la ‘opción Pedro’ se utilizaría según fuese el partido.

Remontar un 4-0 es una tarea prácticamente imposible. Pero si algún equipo puede conseguirlo ese es el Barça, y esto también lo piensan los jugadores del Athletic. Los que duden de Messi y los suyos y los que solo se suben al carro cuando el equipo gana es mejor que hoy se aparten a un lado y que solo nos dejen a los que creemos que HUELE A REMONTADA.

La Supercopa ya tiene dueño

Tras disputarse el partido de vuelta en el Santiago Bernabéu, el Real Madrid consigue la Supercopa de España, valiéndose de valor doble que tiene los goles marcados fuera de casa, ya que el resultando final de sus enfrentamientos con el Barça ha sido de empate a cuatro. 

Aunque en la previa Mourinho había declarado que el título no era importante, la afición del Bernabéu no le hizo caso y abarrotó el coliseo blanco, animando a su equipo como si estuviese jugando el título más importante de su historia. Según muchos madridistas, el discurso de Mou resulta un poco ridículo y ya empiezan a notarse síntomas de divorcio entre el portugués y su parroquia. 

En el partido de la pasada noche el equipo merengue salió a presionar muy arriba, incomodando la salida del balón de los azulgranas; así, y con dos pelotazos a las espalda de la defensa, unidos a dos cantadas espectaculares de los centrales del Barça, consiguió una cómoda ventaja de 2-0; a los pocos minutos, Adriano se autoexpulsó y dejó a su equipo en inferioridad numérica, por lo que el título parecía ya que tenía un claro dueño. Por cierto, ¿alguien sabe por qué Higuaín y Cristiano se enfadan cuando marcan goles? Cuando yo jugaba al fútbol en el patio del colegio recuerdo que cuando marcaba un gol me reía y lo disfrutaba con mis compañeros… será que todo cambia. 

Pero el Barça de los 14 títulos de 19 posibles es mucho equipo y se sobrepuso a los tres mazazos recibidos en menos de media hora, y al arbitraje sibilino de Mateu Lahoz, árbitro de cabecera de Mourinho. Empezó a tocar y a hacerse con el control del partido, hasta que un magistral lanzamiento de falta de Messi redujo las distancias en el marcador, silenció al Bernabéu y le inyectó al partido un plus de emoción. 

En la segunda parte nadie que estuviese viendo el partido con atención percibió que el equipo de Vilanova estuviese jugando con un jugador menos; los pequeños siguieron jugando su fútbol y metieron el miedo el cuerpo de una afición que cerraba los ojos cada vez que el Barça se acercaba a los dominios de Casillas. Pedro (tras un control estratoférico), Montoya (sí, un canterano más) y Messi estuvieron a punto de marcar, pero no lo consiguieron y el título se quedó en las vitrinas blancas. 

A la conclusión del partido, varias preguntas flotaban sobre el ambiente: 

1.- El Barça jugó 1/3 de la eliminatoria con un jugador menos; nunca lo sabremos, pero ¿hubiese cambiado el resultado de haber jugado los 180 minutos en igualdad de condiciones? 

2.- El Real Madrid consigue el primer título de la temporada, pero ¿quién ha salido más reforzado tras este doble enfrentamiento? 

3.- Una vez más se ha comprobado que, si gana el Madrid, no hay polémicas y el Barça se queda en el campo a felicitar al campeón. ¿Conseguiremos ver estos comportamientos cuando suceda al revés? 

La Supercopa ha finalizado, pero la magia de la competición sigue… ¡nos gusta el fútbol!

Supercopa: primer asalto

Una vez más, uno de los grandes clásicos del fútbol mundial no ha defraudado. Ya se sabe que no es lo mismo que se enfrenten en la Liga o en una eliminatoria de la Champions League o en una final de la Copa del Rey; pero un Barça-Madrid siempre reúne todos los ingredientes para que los aficionados al fútbol den rienda suelta a sus más bajas pasiones.

Curiosamente, la previa del partido no estuvo rodeada de polémica y, por momentos, dio la impresión de que íbamos a presenciar unos juegos florales en vez de un duelo a muerte entre dos rivales encarnizados. Pero, por suerte, todo cambió en cuanto comenzó el partido. 

De entrada tanto Tito como Mou nos tenían preparada una sorpresa en las alineaciones: por parte azulgrana, Jordi Alba se quedó en el banquillo cediendo su puesto a Adriano, mientras que los merengues daban paso a Callejón en el puesto destinado, en principio, para Di María. Tácticamente se presentaron en el campo como se esperaba: un Barça dominador del balón, haciéndolo circular con velocidad e intentando entrar con combinaciones por el centro, con un Iniesta magistral y un Xavi cada vez con más presencia en el área rival; el Madrid, por su parte, bien pertrechado atrás, con dos centrales duros y expeditivos que, a mayores, contaron con la ayuda de dos medios centro más preocupados de destruir que de crear, y rifando su suerte a que alguno de los de arriba pescase algún pelotazo.

La primera parte fue un monólogo azulgrana, y el Madrid se fue al descanso dando gracias por el injusto empate conseguido hasta ese momento. En la segunda parte el partido se abrió y ahí el Barça, con más espacios, mató a su rival. Al gol a balón parado de Cristiano respondió Pedro con un control y un disparo magistral, tras un servicio milimétrico de Mascherano. Posteriormente, Messi transformó el penalty que Iniesta provocó ante Ramos, y Xavi consiguió el tercero tras otra jugada de videojuego inventada por el mago de Fuentealbilla. Cuando parecía que estaba más cercano el cuarto gol de los culés, apareció Di María para disputarle un balón a Valdés quien, en un exceso de confianza, cometió un error que acabó en gol, por lo que el título se decidirá la próxima semana en el Bernabéu. 

El partido respondió a las expectativas y tuvo todos los condimentos que se le piden a este gran duelo: jugadas polémicas, penaltis, piques entre jugadores, goles y jugadas de ensueño. De momento, y a la espera de ver en acción a los otros grandes equipos europeos, podemos afirmar que, una temporada más, los mejores partidos del año los disputarán Barça y Real Madrid.