Jesé y la puerta… giratoria

Recuerdo que cuando era pequeño en la entrada del edificio de Correos de mi cuidad había una puerta giratoria, que se mantuvo hasta hace relativamente poco. Nada más entretenido para un niño que entrar, empezar a dar vueltas y, después de varios trompazos y coscorrones contra los laterales, no encontrar la salida y acabar en el punto inicial.

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El recuerdo de esa puerta y de mis juegos infantiles ha venido a mi mente tras haber leído las últimas declaraciones de Jesé quien, según Marca, cierra la puerta al Atlético por respeto al Real Madrid…¿pero qué puerta? En la misma información, el autoproclamado Balón de Oro en 2018 afirma también que Griezmann no encajaría en el Real Madrid, hay muchos jugadores mejores que él allí. Y se quedó tan pancho.

Pero bueno, Jesé es la misma criatura que cuando le preguntaron si creía que el Barça le remontaría al PSG contestó «eso lo hace el Madrid», sin explicar a qué venía a cuento meter en esta historia a su exequipo. Probablemente la culpa no sea sólo suya, ya que desde muy joven le han calentado la cabeza con historietas salidas de mentes diabólicas, como la publicada en esta portada… mi madriña.

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Lo cierto es que Jesé, tras haber fracasado en el Real Madrid, ha firmado en esta temporada otro fiasco en el PSG, y su llegada a Las Palmas ha coincidido casualmente con un escandaloso bajón, tanto en juego como en resultados, del equipo amarillo que, hasta ese momento, estaba siendo el gran animador de LaLiga. A lo mejor para él eso es un doblete.

Por eso al leer el asuntito de la puerta recordé a aquellos niños que jugábamos en la puerta giratoria, nos caíamos mientras nos dábamos cabezazos y acabamos saliendo a trompicones por el punto de partida, y pensé que a Jesé le acabará sucediendo lo mismo.

Vamos, que o Jesé se centra en su carrera y se deja de bobadas o, en breve, será el exfutbolista más joven de la historia del fútbol. Aunque siempre le quedará el reggaeton… casualmente su último remix se titula ‘Yo sabía’. @Bajarlaalpasto

 

Filipe Luis, de carnicero a instagramer

img_20160922_015853El lateral izquierdo del Atlético de Madrid se ha convertido en el protagonista de la última jornada de liga, tras subir a su cuenta de Instagram una foto de su pie derecho, pie que por cierto sólo utiliza para ayudarse al subir y bajar del autobús. Con esa fotografía pretende demostrar que Luis Suárez le hizo pupita en una disputa limpia de un balón dividido.

Pero para entender el verdadero significado de esta publicación hay que recordar quién es el tal Filipe Luis. La primera camiseta que vistió en España fue la del Castilla, aunque es cierto que en la Casa Blanca nunca han presumido de ese pseudocanterano. De ahí paso al Deportivo, donde le costó hacerse con el puesto de titular, ya que era el típico lateral brasileño que se iba al ataque como una cabra loca y se olividada del primer mandamiento de un defensa, que es ni más ni menos que defender.

Después llegó su momento de gloria cuando en el verano de 2009 el Barça intentó su fichaje. La delicada situación económica del Deportivo hizo que Lendoiro tensase la cuerda pensando que pagarían su cláusula de 20 millones de euros, un auténtico disparate. En esos días el brasileño le suplicó y le lloriqueó a su presidente que le traspasase al FC Barcelona. Al final la directiva culé no pasó por el aro, rompió las negociaciones y fichó a Maxwell. Desde ese momento, Filipe Luis se convirtió en un acomplejado al no poder cumplir su deseo de jugar en un equipo llamado a ser el mejor de la historia.

Siguió jugando en el club coruñés, sufrió una lesión grave tras un choque fortuito en un partido contra el Athletic y al final, como mal menor, acabó fichando por el Atlético de Madrid, club que para él, tras el fichaje fallido por el Barça, no era más que un segundo plato o incluso la comida del perro.

En el Calderón pulieron su estilo y de qué forma. Se adaptó al cholismo, al juego áspero y a repartir cera, lo que le valió para que otro amante del jogo bonito como Mourinho lo reclutase para formar en el Chelsea un equipo de pandilleros. En Londrés fracasó y lo echaron a gorrazos, pero ahí estaba el Atleti para acoger a su hijo pródigo.

Al final, la temporada pasada intentó pasar a la historia del fútbol por destrozarle la rodilla al mejor jugador del mundo, acción en la que puso todo su empeño con una entrada escalofriante a Messi, aunque por suerte y milagrosamente no consiguió su objetivo. Y este año ha vuelto a demostrar sus miserias en el último partido disputado en el Camp Nou con una plancha traidora y sin posibilidad de disputar el balón contra el pie de apoyo de Arda Turán, excompañero suyo y a quien no perdona que sí haya conseguido jugar en el FC Barcelona… Pero qué mala es la envidia, Filipe. 

Pero ahora ha sorprendido cambiando la guadaña por el móvil, subiendo a sus redes sociales una foto de su pie con un puntito rojo, que bien podría ser la picadura de un mosquito. A la vista de la repercusión que ha tenido y del número de likes que ha sumado, el nuevo instagramer podía aprovechar la marcha de Justin Bieber de Instagram para convertirse en influencer. Seguro que con sus fotos nos haría disfrutar más que correteando por la banda izquierda de los campos de fútbol como un pollo sin cabeza. @Bajarlapasto

Mensaje para Filipe Luis: te dejo la fotos de las dos entradas antes mencionadas porque te has olvidado de publicarlas en tu Instagram. De nada.

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¿Por qué el Atlético de Madrid sigue sin denunciar ‘el atraco de Milán’?

sergio ramosEl pasado 28 de mayo el fútbol vivió otra de las jornadas que emborronarán un poco más su historia y su ya maltrecho prestigio. En esta ocasión la acción se desarrolló en Milán, sede de la final de la Champions League, y los protagonistas fueron los habituales cuando se trata de perpetrar un atraco futbolístico a gran escala: el Real Madrid, un dirigente deportivo al servicio del poderoso y un árbitro más aficionado a tocar la pandereta que el silbato. Es decir, en esta ocasión el tridente formado por Florentino Pérez, Infantino y Clattenburg cumplió su papel a la perfección, contando para ello con la participación del Atlético de Madrid, que bordó su personaje de “tonto útil” de la competición y se limitó a aplaudir y a gimotear cuando se consumó el robo delante de sus narices.

La final se decidió con un espectacular hat-trick de Sergio Ramos – gol en fuera de juego, penalti no pitado y expulsión perdonada –  lo que le valió ser elegido el jugador más valioso del partido. Además, el árbitro consintió que Pepe campase a sus anchas con una desbrozadora por la pradera de San Siro, lo que permitió que el Real Madrid acabase el partido con todos sus efectivos.

Pero lo realmente curioso no fue que el club merengue ganase una Champions de forma vergonzante, ya que eso es algo consustancial a su historia. Dejando al margen botijos y otros recuerdos de alfarería traídos en los años 50 de sus excursiones por diversas ciudades europeas, conviene recordar que la famosa ‘sétima’ fue conseguida con un gol en fuera de juego de Mijatovic y la ansiada ‘décima’ la ganó en Lisboa con otro gol ilegal de Sergio Ramos, quien se aprovechó de un placaje de rugby que, como buen galés, realizó su compañero Gareth Bale.

Lo que resultó sorprendente fue que ni al acabar el partido ni en los días posteriores ni ahora que ya han pasado dos meses desde el Atlético de Madrid –  ni directivos ni jugadores ni aficionados – hayan protestado mínimamente por lo que a los ojos del planeta fútbol fue una tropelía. Es más, en el momento en el que Ramos marca en clamoroso fuera de juego ni Godín ni Kike ni Filipe Luis, tres auténticos bufones, ni ningún jugador colchonero protestó la jugada. ¡Qué raro, ¿no?!

Las razones de este extraño comportamiento de ponerse de perfil por parte de un equipo que presume de intenso y de sangre caliente podrían ser estas:

1.- Su presidente Enrique Cerezo está siendo investigado por el presunto caso de corrupción que afecta a Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid, y ya se sabe que el Ministerio de Justicia tiene una de sus sedes en el palco del Santiago Bernabéu, por lo que no conviene importunar al Visir de Chamartín.

2.- El pacto no escrito pergeñado por Florentino Pérez y Enrique Cerezo con el visto bueno de Infantino recogía que el Atleti llegaría a la final de la Champions allanándole el camino al Real Madrid, eliminando a FC Barcelona y Bayern con la ayuda de Rizzoli y Çakir, y una vez en Milán sería abandonado a su suerte.

3.- Históricamente, el Atlético de Madrid ha sido un equipo perdedor que ha convertido la derrota cuanto más dolorosa en su seña de identidad. Es lo más parecido a aquel que decía “me gusta jugar al póker y perder… ¡ya ganar debe ser la leche!”.

Por todo ello, ¿no resulta sospechosa la inacción de un equipo del montón que permite que le roben dos orejonas en tres años? Me despido repitiendo la misma pregunta que da título a este artículo: ¿Por qué el Atlético de Madrid sigue sin denunciar ‘el atraco de Milán’? Se admiten pistas. @Bajarlaalpasto

 

El Cholo y Clattenburg salvan al Madrid de Florentino

clattenburgEl plan de Florentino Pérez para librarse de revalidar el humillante nadaplete conseguido la temporada pasada ha finalizado con éxito. Tras una delirante eliminación en Copa del Rey y después de que Zidane regalase la Liga – hay que recordar que antes del maquillaje final había cogido al Madrid a dos puntos del Barça y llegó a distanciarse a doce -, el Visir de Chamartín maquinó para que la Champions fuese su tabla de salvación (sí, la suya).

Para ello se vio favorecido por unos sorteos a la carta, en los que para llegar a la final se enfrentó a rivales de medio pelo como la Roma, el Getafelfsburgo (o algo parecido) y el City, mientras que utilizó al Atlético de Madrid como ‘tonto útil’ para que le hiciese el trabajo sucio; y así, con ayuda de la caverna, de Rizzoli y de Çakir, el Real Madrid se deshizo sin despeinarse de Barça y Bayern, rivales a los que no quería ver ni en sus peores pesadillas, consciente de que sus opciones pasaba por jugar la final contra los colchoneros.

De esta forma, los dos equipos madrileños se presentaron en Milán con todos sus efectivos disponibles. Pero si Zidane saltó a San Siro desde el minuto uno con su mejor once (doce con Clattenburg), el Cholo daba un paso atrás jugando de inicio con Augusto y dejando en el banquillo a Carrasco, en lo supuso toda una declaración de intenciones.

Desde el comienzo el partido respondió a lo esperado. Un partido malo, con dos equipos vulgares que no eran capaces de trenzar dos jugadas seguidas con cierto sentido, indigno de una final de Champions por la calidad paupérrima de los contendientes. Emocionante por el resultado, intenso a ratos (la intensidad… ¡qué risa!), y con dos técnicos disputándose el trofeo a peor entrenador del año. Si uno agotó los cambios a falta de 15 minutos para el final, cuando todo hacía pensar que se podía ir a una prórroga, el otro hizo unos cambios tardíos y delirantes, regalándole a su rival la posibilidad de jugarse la final en los penaltis.

Porque es inexplicable como Simeone, después de empatar, fue incapaz de aprovechar los dos cambios que le quedaban para ir a por el partido, cuando su rival estaba fundido y llegaba a la prórroga con tres jugadores cojos. Y más inexplicable todavía cuando al llegar a los penaltis se comprobó que el Atleti no había preparado esta opción, porque sino no se entiende como Oblak se comportó como un portero de futbolín… ¡ante cinco penaltis que entraron por el mismo sitio!

Por eso esta Champions se decidió, por un parte por el tridente formado por Florentino, Infantino y Clattenburg – ya que se manipuló el resultado final con un gol ilegal de Sergio Ramos, un penalti no pitado cometido por Sergio Ramos y una expulsión perdonada a Sergio Ramos, ¡coño, pero si hasta eligieron a Sergio Ramos como jugador del partido! -, y por la otra el planteamiento de la señorita Pepis del Cholo Simeone.

Al final se confirmó el Visir de Chamartín como un gran estratega, ya que sabía que su única opción para salvar otra vergonzante temporada pasaba por jugárselo todo a una carta, la de atracar otra orejona, contra un equipo que ha hecho de la derrota heróica el motivo de su existencia. @Bajarlaalpasto

Una final de Champions ‘low cost’

final-champions-615x400Esta noche el estadio de San Siro en Milán acogerá la final de la Champions más devaluada de las últimas ediciones, entre dos equipos – Real Madrid y Atlético de Madrid – que se agarran a la orejona como a un clavo ardiendo para librarse del tan temido nadaplete y no firmar una desastrosa temporada.

La final enfrentará a uno que ha llegado a Milán tras haber eliminado a equipos de cuyos nombres no quiero acordarme, y a otro al que le salvó la lotería de los penaltis y las ayudas de Rizzoli y Çakir, dos nombres ligados a su historia para siempre.

En el palco está prevista una alineación de gala, con presencia de representantes de todos los poderes fácticos – tanto españoles como internacionales – que tanto han puesto de su parte para que los dos equipos madrileños hayan llegado hasta esta final.

Y sobre el césped los auténticos protagonistas del espectáculo, a los que solo queda pedirles que honren a la competición y que no maltraten al balón más de lo que suelen hacerlo habitualmente. Con el silbato, míster Clattemburg del que se espera que no haga caso a las recomendaciones recibidas y que no convierta a su señora madre en la auténtica protagonista del partido.

Pues nada, a esperar a que lleguen las 20:45h (tranquilos, seguro que algún botarate preguntará ¿y a qué hora es el partido?) para que suene el himno de la Champions, que será sin duda lo más emocionante de esta final ‘low cost’. @Bajarlaalpasto

El Barça consigue el doblete y otros se jugarán el nadaplete

lucho celebrandoTras la disputa de la final de la Copa del Rey en la que el FC Barcelona se impuso al Sevilla, la temporada futbolística se acerca a su fin, pendiente de disputarse la final de la Champions más devaluada de los últimos años, a la que han llegado un equipo que no ha eliminado a ningún rival relevante y otro que se ha visto claramente favorecido por decisiones arbitrales en los momentos decisivos de sus eliminatorias. Pero esto es lo que tiene esta competición desde que hace años cambió el formato y se permite disputarla a quienes no han ganado nada y no han demostrado categoría para estar en ella.

Y así esta temporada la final de la tan pomposamente llamada Champions League la jugarán el Real Madrid, tras ser subcampeón en su campeonato doméstico  y haber eliminado a equipos de medio pelo, y el Atlético de Madrid, que accedió a la competición después de haber quedado el año pasado como tercerón a dieciséis puntos del campeón de su liga.

Por su parte el FC Barcelona, ganador de la pasada liga y copa, ha vuelto a revalidar ambos títulos, repitiendo con todo merecimiento un doblete, algo que ningún club había conseguido en España desde los años cincuenta. Entre medias, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes han servido para prolongar el reinado de los culés en el fútbol mundial.

Por ello el próximo sábado en Milán Real Madrid y Atleti se disputarán el honor de librarse de firmar un nuevo y humillante nadaplete, aunque es algo a lo que los dos clubes madrileños ya deberían estar acostumbrados ante el insultante dominio ejercido por el Barça en los últimos años. @Bajarlaalpasto

 

Atleti: ¿sueño o realidad?

Después de seis jornadas el Atlético de Madrid se ha situado en la segunda posición de la clasificación de la Liga BBVA, estando sólo a dos puntos del Barça, tras conseguir una marca espectacular de cinco partidos ganados y uno empatado. Además hay que destacar que el empate fue cosechado en el campo del Levante en la primera jornada, con lo que ha conseguido cinco triunfos consecutivos, registro muy difícil de lograr en nuestra liga. 

En nuestro post de la semana pasada apuntábamos al Atleti como serio candidato a ocupar una de las plazas que dan derecho a jugar la Champions League; pero ojalá, por el bien de la competición, que sean capaces de dar un paso más y se metan en la lucha por el título de liga, aunque eso parecen ser palabras mayores. Lo que está claro es que el carácter ganador y competitivo del Cholo Simenone ha reactivado a un equipo que en las últimas temporadas siempre se convertía en una de las grandes decepciones y que, tras su llegada, ya ha conseguido levantar una Europa League y una Supercopa de Europa. 

El mérito del argentino es que está formando un bloque muy sólido partiendo de jugadores de “perfil bajo”, como Mario Suárez, Gabi o Koke, y de haber recuperado para la alta competición a otros como Godín, Filipe Luis o Raúl Garcia, quienes no estaban pasando, precisamente, por sus mejores momentos. La portería está bien cubierta por Courtois, aunque en algún momento podrá acusar su falta de experiencia; en la defensa Juanfran se ha consolidado como una apuesta segura en el lateral derecho y Miranda y Cata Díaz cumplirán en su papel de acompañante del líder Godín. 

En el centro del campo se espera que Tiago y Emre aporten calidad y veteranía, pero está claro que, tras la marcha de Diego, el timón lo llevará Arda Turan. En punta Falcao está llamado a disputarle el pichichi a los intocables Messi y Cristiano, y esa sería la mejor prueba de que los colchoneros van a pelear por estar muy arriba en la clasificación. Acompañando al colombiano, Adrián, Diego Costa y el Cebolla Rodríguez se turnarán para abrir huecos en las defensas contrarias y aportar también un buen número de goles.

 Ahora bien, todos los aficionados al fútbol sabemos que el Atleti es capaz de los mejor y de los peor, de ahí su sobrenombre de El Pupas, por lo que deseamos que este inicio de temporada no sea flor de un día y que no hagan bueno el célebre dicho arrancada de caballo, parada de burro.