La eliminación producida ayer en las semifinales de la Copa del Rey, competición de la cual el Barça era el defensor del título, ha dejado en la parroquia culé ciertos síntomas de preocupación. Lo cierto es que en este inicio de año el equipo ha sufrido un bajón en su juego, y nadie se atreve a asegurar si es producido por un cansancio físico o mental, pero lo cierto es que su juego se ha vuelto espeso y falto de frescura, debido a la falta de velocidad en la ejecución.
Sin querer pecar de alarmista, desde Bajarla al pasto analizamos varias circunstancias que han podido influir en el bajón del juego del equipo y que son susceptibles de mejora:
– La fragilidad defensiva. No es normal que lleven doce partidos seguidos encajando goles; esta temporada incluso mi querido Depor le metió cuatro en Riazor. Es difícil de entender que un equipo formado por una defensa con tres internacionales españoles y uno brasileño, con Busquets por delante, y con más del 65% de posesión en casi todos los partidos, encaje goles con tanta facilidad. Y, aunque los número ahí están, se acabó el mito de que jugando con Piqué-Puyol como pareja de centrales no se pierde. El Barça lleva tres años con la cantinela del fichaje de un central y este verano habrá que afrontarlo definitivamente, sea David Luiz, Hummels o el lucero del alba.
– Nuevas variantes en ataque. Ayer tuve la sensación de que ese partido ya lo había visto más veces (contra Chelsea, Inter, Milan, Real Madríd). Sin renunciar al estilo de posesiones largas, juego a uno o dos toques y paredes por el centro, se puede utilizar la variante de Villa como 9 con Messi por detrás y apurando las bandas para este tipo de partidos contra rivales tan cerrados que sólo piensan en defenderse y contragolpear a base de pelotazos. Ayer pudimos haber jugado la farola de la esquina y yo como centrales del Real Madrid y no nos hubiesen creado ni una ocasión de gol.
– Entrenador. Es un tema muy delicado debido a que la baja de Tito Vilanova es producida por una enfermedad grave. Dejando claro que lo primero es la salud de Tito, no se puede negar que partidos como el de ayer no se pueden afrontar sin entrenador. Tampoco sería justo hacer algún reproche hacia Roura, que ha tenido que afrontar esta complicada situación cuando no tiene capacidad para tomar decisiones y cambiar el curso de un partido sobre la marcha, ni se le puede responsabilizar de ello. Da la impresión de que ahora mismo se está produciendo una especie de autogestión de la situación por parte de los jugadores, pero falta alguien que asuma el mando.
– Xavi. El cerebro del equipo se ha ganado el derecho a jugar mal algún día y que absolutamente nadie le pueda decir nada. Pero en alguna ocasión se le podría sentar en el banquillo y no pasaría nada; probablemente ayer el cambio en el descanso era Villa por Xavi, con Iniesta en la creación dejándole la banda izquierda a Alba, y con Cesc y Messi enredando por detrás del guaje. Xavi es insustituible y, aunque se le quiera buscar sucesor, ni Cesc ni Thiago tienen su perfil, así es que habrá que buscar otras soluciones aprovechando las cualidades de esos dos fantásticos jugadores.
– Fichajes intrascendentes. Partiendo de la base admitida por todos de que el Barça tiene que fichar muy poco, lo que está claro es que tienen que ser jugadores que aporten y complementen al colectivo. Así puede considerarse un disparate haberse gastado sobre 60 millones de euros en Alexis y Song, cuando por ese dinero se pudo conseguir el fichaje de Javi Martínez y Llorente.
En Bajarla al pasto estamos convencidos de que el equipo volverá a mostrar su nivel, y qué mejores escenarios que el Bernabéu en liga contra el Real Madrid y en el Camp Nou eliminando al Milan para demostrarle al mundo futbolístico que el Barça está dispuesto a firmar, un año más, una gran temporada consiguiendo los títulos de Liga y Champions League.