Gala, fiesta, espectáculo, luces, marketing… bien bien, todo esto está muy bien. Y si además lo aderezas con famosillos de diverso pelaje y antiguos cracks convertidos en al versión 2.0 del dúo Sacapuntas, como Maradona y Ronaldo (el gordo, no perdón, el bueno), pues Infantino y su troupe ya se garantizaron más de dos horas de audiencia televisiva en prime time para poder pastelear con patrocinadores y demás almas caritativas que pululan alrededor de la FIFA.
Todo eso estaría muy bien si, por lo menos, el premio más importante y el que mueve todo ese tinglado se lo concediesen a quien más se lo merece, es decir, al mejor jugador. Sí, al mejor jugador, no al máximo goleador ni a quien forma del equipo que ha ganado más trofeos. Sencillamente al que ha jugador mejor al fútbol. Porque los que marcan más goles ya tienen sus premios específicos, y los que ganan títulos ya levantan sus copas.
La mejor forma de convertir #TheBest en un premio marginal es concedérselo a quien no se lo merece.
— Bajarla al pasto (@Bajarlaalpasto) 23 de octubre de 2017
Por eso resulta muy chusco que el premio al mejor jugador de la temporada se lo den a Cristiano Ronaldo, conocido coloquialmente como penaltiman o el achuchabalones. El delantero portugués del Real Madrid, sin duda un buen goleador y un gran lanzador de penaltis inventados, tiene su principal virtud en estar siempre atento a empujar las pelotas – con perdón – que le regalan tanto sus compañeros como el Kassai de turno.
Lo que es indiscutibles es que la vedette de Madeira, cuantos más premios individuales recibe, más alejado está futbolísticamente del auténtico número uno del mundo, como es Lionel Messi. Por eso jamás formarán parte del olimpo de los dioses del planeta fútbol, formado por Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Maradona y el propio Messi. También le queda grande la primera fila que está reservada a los discípulos que flanquean a los dioses, como Platini, Zico, Xavi, Zidane, Ronaldinho o Beckenbauer. Y podría estar un escalón más abajo compartiendo honores con Van Basten, Ronaldo, Iniesta, Eusebio, Gerd Müller o Sócrates.
Y con todo eso la gala tampoco fue para lanzar bombas. Es más, podría decir que me he divertido más en algún funeral que viendo esa pamema. Pero Infantino cumplió el objetivo. Florentino Pérez se dio un baño de masas y es misma noche demostró la razón que tenía Butragueño, su pelotari oficial, cuando dijo que era un ser superior, ya que fue capaz de hablar al mismo tiempo en exclusiva y en riguroso directo para varias cadenas de radio.
Por eso seguro que, aunque el título de este post sea un chapurreo entre inglés y gallego, seguro que me entendéis perfectamente cuando me refiero a The Best carallada. @Bajarlaalpasto





Hace tantos años que el Barça está demostrando una superioridad tan insultante en el fútbol mundial que el madridismo no ha encontrado consuelo ni tras haber atracado dos Champions en las últimas tres temporadas. En el fondo – su complejo de superioridad jamás les permitirá reconocerlo – saben que esos dos títulos no les corresponden, por eso sus únicas alegrías son criticar todo lo que hagan los causantes de sus desvelos.




Como si se tratase de uno de sus tuits más famosos, cada vez que habla Piqué… ¡BOOOOOOOOOOOM!!! Y es que en esta última ocasión,
Al finalizar el partido que disputó el Barça en París publiqué estos dos tuits, con lo que quería dejar clara mi postura tras el 4-0: VERGÜENZA Y PUTO DESASTRE, sí, así, sin anestesia, para que no haya ninguna duda del bochorno que pasamos todos los culés viendo a nuestro equipo, para finalizar con un YO NO ME BAJO DEL CARRO, en mayúsculas para que quede bien claro que es ahora cuando hay que ser barcelonista y demostrar barcelonismo.




